Sunday, December 31, 2006

Largo paseo.

12:30 Descanso ocultándome del aturdidor sol debajo del porche de un chiringuito de carretera cerrado. Me encuentro en mitad de una larga caminata cruzando ríos y playas hacia una incierta meta.

Me saca de mis pensamientos una vieja scooter con dos tripulantes que cargan un enorme bloque de hielo que va dejando un futil rastro a su paso. Un joven aparca su bici a mi lado, la canda y esconde sin desconfianza la llave delante mío sobre una repisa. Un paisano sube la cuesta con su bicicleta a un ritmo tan lento que parece imposible que conserve el equilibrio, viéndole da la sensación de que el tiempo se esté deteniendo. Un viejo hombre de oscura piel y extremadamente delgadas canillas se sienta a mi lado arrugando su camisa, según entiendo está esperando que alguien le lleve al próximo pueblo.

14:30 horas, me detengo a curiosear un pequeño templo al borde de la carretera, sostengo en mi mano una abandonada reliquia y antes de volver a posarla dos hombres me llaman la atención desde su moto. Me hacen señas para que me acerque , con un poco de indecisión pero completamente confiado me acerco a ellos al tiempo que el pasajero de atrás echa mano a lo que parece la empuñadura de un largo cuchillo que oculta en el interior de su chaqueta. Sorprendido por la apariencia de la situación no tengo tiempo ni de alejarme. El hombre termina su ágil movimiento mostrando unas enorme plumas de pabo que me ofrece y me insta con señas que las deposite en el templo. Refrescantemente aliviado y reéndome de mi mismo, les sonrío y accedo a su petición adornándola con el repiqueteo de una campana que pende del templo. Se alejan mirándome sonrientes.

15:30 horas, un enorme río se arrastra a mis pies. No hay puente. Consigo llamar la atención de un pescador de ostras que anda por la otra orilla empujando su pequeña embarcación y recogiendo sus capturas una por una. No hablamos mucho, accede a llevarme hasta el embarcadero en la desembocadura por unas pocas rupias.

18:00 horas, anochece y me encuentro en una anónima playa contemplando la hipnotizadora puesta de sol. Pequeños cangrejos se esconden en sus agujeros a mi paso. Misteriosos peces trepan hasta la playa abrazados a las olas que mueren y se escapan siguiéndolas. Una niña me cambia por mi bolígrafo un artesano adorno hecho con bolas de corcho pintadas.

22:00 horas. Cruzo media docena de playas una tras otra trepando por los pequeños arrecifes que las separan hasta llegar a Palolem, mis vecinos ya me esperan en una gran mesa y el pescado está en la parrilla. Los fuegos artificiales más impacientes ya están en el aire.

Saturday, December 30, 2006

La scooter.

Las 15:30 horas, paro en mitad de una estrecha carretera completamente perdiro entre esta maraña de pueblecitos solapados en un chiringuito atestado de moscas a tomar un zumo natural de frutas y a preguntar por la playa de las tortugas donde estuve ayer noche de expedición invitado por todo mi nuevo barrio de bungalows.

He alquilado una scooter y vengo de la playa de Angora: una increible esplanada de arena semidesierta bañada por un tranquilo Mar Arábigo donde he pasado toda la mañana.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Es mejor alquilar una scooter que una de carretera por varias razones pero la primera es que si te pillan sin licencia con una un poco más grande deberás sobornar al policía para que no te meta en un lío. También es recomendable llevar casco y transitar por la estrechas carreteras comarcales que además son más entretenidas.

La scooter para todo el día 300 rps (en temporada baja son 150rps).
Hay que echar gasolina y es más o menos 50 rps el litro a unos 20 km por litro.

Normalmente no te piden ni pasaporte ni fianza ni nada, los que te alquilan la moto son los chavales del pueblo.
FIN NOTA VIAJERO.

El chiringuito hace las veces de improvisada gasolinera y las scooter paran aquí para que les satisfagan su sed de mezcla servida en botella de plástico. Rodeado de palmeras, perros y nativos en bicicleta.

Las 17:00 horas, tumbado en la playa de las tortugas, rodeado de puestas de decenas de huevos que eclosionarán en unos días. El día de la visita con la gente de mi barrio vimos una pequeña tortuguita aupándose perezosamente hasta la orilla, el principio de una vida que durará, si todo va bien, cerca de los 100 años.

De vuelta a mi playa un padre me entrega a su hijo para que le acerque al pueblo cercano.

Thursday, December 28, 2006

Palolem día a día.

Creo que cualquiera se puede acostumbrar a esto.

Te levantas tarde, saludas al día desde el porche de tu bungalow, la playa asoma frente a tí. Te duchas tranquilamente y caminas 20 metros hasta tu chiringuito favorito donde te saludan todos y te papeas un desayuno de reyes. Te estiras un poco y sales de excursión a los pequeños bosques, playas o arrecifes. Vuelves a comer y no te pribas de repetir postre. Retrocedes hasta la sombra de tu porche y quizás te eches una siesta a ritmo de ventilador. Vuelves a la playa y esperas la puesta de sol, incluso te animas a hacer un poco el tonto con el yoga. De noche revisas que ha pasado con tus avatares en internet y buscas un sitio al borde del mar donde comer pescado fresco o unos increibles solomillos. Regresas a tu chiringuito favorito y relames el final del día con postres, batidos o yogures. Quizás des un último paseo, quizás enciendas velas en tu porche y leas, quizás te acuestes pronto, quizás alguien se te junte para una superficial charla sobre tu origen y destino.

Todo esto sin calzarte pues la arena llega hasta las escaleras de tu bungalow.

Wednesday, December 27, 2006

Monkey Island.

las 12:30 horas, en algún elevado punto de "Mokey Island", sentado sobre una gigantesca roca que comparto con una familia de miedosas hormigas rojas como traquilamente la fruta de mi almuerzo.

Se puede cruzar desde la playa a la isla andando casi sin mojarte cuando la marea está baja, veremos luego como lo hago para cruzar de vuelta. Me he puesto mis zapatillas que hacía tiempo que no las usaba y he trepado por el primer terraplén que me ha parecido accesible. Casi todo el rato la abundante vegetación te obliga a avanzar casi en cunclillas pero aún así avanzas. Todo es completamente selvático y denso, no hay sendas y avanzao zigzageante y lento. Habré avanzado 200 metros en 1 hora.

Aquí subido a la roca en silencio pareces desaparecer y todo trascurre a tu alrededor sin fijarse en tí. Insectos y pájaros se dejan ver sin temor y la mayor peturbación es provocada por alguna enorme hoja arrojándose al vacío. Es extraño, creo divisar una senda, voy a seguirla.

13:20 horas, creo que he encontrado el corazón de la isla, se le ve viejo y dolorido con muchas heridas aún abiertas pero con fuerza y con ganas de seguir por algún siglo más. Tiene forma de árbol pero está claro que es algo más. Si sigues sus ramas parecen abarcar toda la isla y casi todos los árboles de alrededor no son más que extensiones de él mismo. Sus ramas se convierten en raices y se incrustan en la isla, parece como si la intentase levantar, como si la estuviera sujetando, quizás cuando el árbol muera la isla se unda en el mar. Pequeñas lagartijas me observan mientras tomo estas notas, son las fieles guardianes, espero que comprendan que mis intenciones son pacíficas, si desaparezco y alguien encuentra este cuaderno le sugiero que tenga cuidado con ellas.

Tuesday, December 26, 2006

Palolem: cuarto día.

Las 22:00 horas, en el chiringuito al lado de mi bungalow en el que me he hecho asiduo. El camarero me trae silenciosamente un enorme yogur amargo, me trata educadamente de señor y me mira con una amorosa y amable sonrisa. El mar golpea delicadamente la playa a mis pies es su insistente ansiedad de trepar por ella, siempre vuelve a resvalar y siempre vuelve a intentarlo. Todo es suabe: el sonido de las olas, las pequeñas luces, la arena, el caminar de los pocos paseantes... Manga corta y pantaloneta, hace días que no veo mis chanclas y mi piel enrojecida por el sol se siente adormecida bañada en el aceite perfumado del masaje de esta tarde.

He salido de mi trance paradisíaco por un hora para antender una urgencia del trabajo pero me he vuelto a sumergir inmediatamente en la somnolencia de esta playa.

Cintia se ha ido a seguir recorriendo el mundo. Alberto no ha aparecido en todo el día y Jim aparece de vez en cuando para acompañarme en las comidas. Me cuenta cosas curiosas de su país como que en las calles de sus ciudades no hay perros y no porque se los lleve la perrera sino porque se los llevan a los restaurantes como plato del día.

Hay un barquito de pescadores alejado de la playa que usan como tranbordador para coger uno más grande y lo dejan abandonado todo el día, me gusta nadar hasta él y sentirme naúfrago.

La silueta de la isla de los monos se distingue levemente contra el oscuro cielo. Mañana quiero hacer una expedición en solitario. Hay un pequeño tramo que hay que hacer nadando y no sé cómo podré trasladar mis zapatillas y mi almuerzo.

Monday, December 25, 2006

Navidad.

Cuán suabe y agradable fué la cena de nochebuena. Tenía tanto miedo de salir fuera de mi bungalow y encontrarme toda la gente en grupos riendo y conversando al rededor del fuego y yo tan sólo y tímido. Estuve más de media hora sentado en la playa en la oscuridad mirando a la gente y ,sobre todo, mirando la espalda de una chica de pelo largo que cenaba sola. Se llama Jim, o por lo menos así es como se deja llamar por que su verdadero nombre es impronunciable para un occidental. Ella es una sur-coreana que está de aventura viajando por Asia también sola como yo, pero ninguno de los dos cenó solo esta noche.

Hemos pasado el día de navidad encontrándonos y desencontrándonos, me siento más ligero, más cómodo, ya he encontrado más gente simpática, todos ellos viajan también solos y Palolem se convierte en nuestro puento de encuentro. Arom: un chico de Miami super romántico cuyo corazón se encuentra en algún lugar de Letonia me enseña los ejercicios de yoga de saludo al Sol, Cintia: una preciosa y encantadora brasileña que está dando la vuelta al mundo y Alberto: un aventurero español, el primer españos que me encuentro en estos parajes desde hace más de un mes. Una pequeña porción de este grupo hemos cogido una barcaza de pescadores y hemos ido al atardecer al encuentro con los delfines a intentar nadar entre ellos.

Todo es tan sencillo de repente. Me encuentro tan agusto entre tanto turista agradable.

Sunday, December 24, 2006

Palolem.

Palolem es turístico, muy turístico, todo vive alrededor del turismo, por lo menos la parte que he visitado hasta ahora que es todo lo que bordea la playa. Pero el turismo de aquí es diferente a cualquier otro que haya conocido en las playas españolas, aquí se honra la tranquilidad y la armonía con las palmeras, todo está construido de madera, bambú y mimbre, en los chiringuitos apenas suena la música puede también ser debido a que la mayor parte del tiempo estamos sin luz. La playa se extiende larga y ancha en forma de amplia 'U' y no tienes que luchar con nadie por extender tu toaya, incluso las hamacas están libres pese a ser gratis.

El alojamiento preferido, también por mí, son los humildes bungalows: pequeñas casetas de contrachapado y mimbre forradas con telas. No hay cristales en las ventanas pues estamos en el trópico, el interior es sencillo: una dura y enorme cama cubierta de mosquitera, pues estamos en el trópico, y apenas se distingue una minúscula mesilla. La luz se filtra por el enramado de mimbre y el cuadro tiene presencia de habitación de luna de miel para dos personajes enamorados salidos de alguna novela árabe. Cuán gran desperdicio es que duerma yo solo en ella.

Friday, December 22, 2006

Camino a Karwar.

Me dirijo hacia mis paradisíacas vacaciones de navidad en la playa.

22:20 horas, estación central de autobuses de Bangalore, gente, gente, gente, autobuses, autobuses, autobuses. Un ágil guardia de tráfico dirige los grandes autobuses en caóticos trayectos entre estrechos pasillos organizándolos milagrosamente como si de un enorme tetris se tratara.

El autobús arranca, se detiene, el conductor se vuelve y nos muestra su ágil mirada, sonríe levemente al revisor, los dos saben que comienza una de las más espelucnantes experiencias en la India: un viaje de 14horas en un angosto y caótico autobús nocturno. Apenas tengo espacio en mi asiento para apretar mis piernas contra el de alante. Almenos le he conseguido robar el sitio al chico de la ventanilla pues le he llorado como un niño al revisor para que me dejase enstarme detrás del conductor pero él ha sido severo e implacable. Ajustamos mi hombro para que el sobaco de mi compañero encaje perfectamente en él, mi otro hombro es presionado dolorido contra dos barrotes amarillos que cubren todas las ventanas defendiéndome de vete a saber que ataque, o quizás sea para que la gente no se lance en marcha a la carretera buscando desesperadamente una brizna de aire. No me puedo mover, hay gente de pie y gente sentada en el suelo. No creo que ningún turista haya puesto su culo en estos asientos, no fué mi elección tampoco, simplemente no había más autobuses libres, todo el mundo se está viniendo a Goa por navidad.

El viaje que se suponía de 14horas se ha convertido en 16. Una rata me ha acompañado todo el viaje metida en mi estómago, intermintentemente se movía y me arañaba por dentro, el dolor me obligaba a haceme un ovillo y permanecer así durante minutos. No podía estirar las piernas, no podía moverme un milímetro sin desajustar a mis compañeros. Finalmente ha amanecido, y la rata parecía más cansada. Han pasado muchas horas, aveces conseguía cabecear, dormía sin sueños y despertaba soñando que dormía estirado.

El viaje ha sido tan largo que ya nos conocemos todos: los dos conductores, el de barbas y el de la boca roja por el tabaco que mascan, el revisor que farda de lo bonito que es su pueblo natal, la parja de novios camino a Goa, el estudiante que volvía a casa por navidad...

Durante el viaje hemos visto 3 accidentes, todos ellos camiones, uno volcado, otros estampados de frente y otro que no se sabía contra que había chocado pero que le había destrozado la cabina. En los viajes en autobús que he hecho habré visto 7 u 8 accidentes de tráfico, no en vivo, me refiero a sus restos, algunos de ellos con pintas de haber sido mortales por como habían quedado los asientos delanteros. La gente se suele extrañar y preguntarse cómo es posible que condicuendo tan temerariaamente como conducen haya tan pocos accidentes de tráfico. ¿Será qué son más ágiles que nosotros?... yo os doy la respuesta y ésta es que en efecto hay muchísimos accidentes de tráfico.

Llegamos a Karwar el cuál no es mi destino final, me sumerjo en otro autobús y en otro, viajes de 1 hora que tengo que hacer de pié. La vegetación se vuelve más selvática y al fondo aparece el mar.

Thursday, December 21, 2006

Los videos.

Son cortos, la calidad de los videos de mi cámara es pésima y luego youtube los comprime más aún, por lo que el resultado es una maraña casi incomprensible de pixels.

Además no tienen sonido.

Pero ahí quedan.. por si te aburres :)

http://www.youtube.com/watch?v=H3MaOCUNMa0
http://www.youtube.com/watch?v=vsw6Ru8xAd4
http://www.youtube.com/watch?v=LGHwEIsN0qo
http://www.youtube.com/watch?v=UA19X_qRDiM
http://www.youtube.com/watch?v=AoKNQVGxnj4

Wednesday, December 20, 2006

El día a día.

El día a día transcurre sin emociones ni grandes aventuras. Hace ya tiempo que me he reincorporado a mi trabajo y esta tarea me cubre casi todo el día y parte de la noche. Para poder acercarme al horario de oficina de Madrid debo ajustar mi reloj y saber que cuando allí son las 18:00horas aquí ya son las 22:30horas.

El mayor espacio de tiempo libre lo tengo por la mañanas y lo bien-gasto haciendo un poco de deporte. Cruzando en bici todos los días la terrorífica autovía hasta el otro lado de AirportRoad y acudiendo a las satisfactorias torturas que Josu, mi entrenador, me impone. También he encontrado un sitio donde jugar al baloncesto.

Me levanto, me peleo con los sirvientes de la casa que nunca tienen mi desayuno preparado, acabo haciéndomelo yo. Aveces la pelea es mayor y no hay gas o no hay leche. No te preocupes, no son peleas de verdad, ya no me desesperan estos contratiempos. Reviso mi email rápidamente, y pedaleo hasta el gimnasio, la gente ahí es simpatiquísima y me río mucho. Sudoroso y extasiado vuelo hasta un 'SubWay' cercano y almuerzo cualquier bocadillo vegetariano que me aconsejen. Sólo me queda tiempo para ducharme y sumergirme en la seudo-oficina que es mi cuaderno y mi portatil.

Por eso, amigo mio, no verás que los textos en este blog sigan multiplicándose al mismo ritmo que hasta ahora. Pues las aventuras y emociones se dilatan a partir de ahora. Ya me he acostumbrado a muchas de las sensaciones de este país y las he digerido de tal manera que ya no me sorprenden.

Adelanto que tengo un billete para un viaje de 11horas en el autobús más poco confortable de los existentes hacia mi destino en navidades: una playa tropical en GOA :).

Monday, December 18, 2006

Las fotos (y II).

Otra pequeña tandada de fotos:

http://www.flickr.com/photos/d2clon/sets/72157594424780662

Los más sutiles ya os habreis percatado de que mi cámara vuelve a funcionar, pues así es. Estaba en la tienda preguntando si arreglaban estas cámaras y me dice el bigotudo encargado: "Qué es lo que le pasa?" y yo, dándole al botón de encendido, le digo: "Pues que cuando la enciendo no sale el objetivo." y vá, delante nuestro y el cabroncete del objetivo aparece con un pequeño silvido de motorcito.. Osea que le dije, "nada, nada" "ále, namasté" :)

No os creais que está muy fina, y aveces hay que estirar un poco para que el objetivo salgo del todo, pero bueno, sigue aguantando.

Sunday, December 17, 2006

Carretara y pueblos.

En el camino de vuelta atravesamos pequeños pueblos que se amontonan a los costados de la maltrecha carretera. Son pueblo humildes. Algunos pueblos tienen máquina para separar el arroz de la paja, pero en estos extienden las plantas secas en la carretera y el tránsito de coches y demás vehículos hace el resto. Pequeñas plantaciones de palmeras cocoteras nos miran sin saludar. Intermitentemente aparecen morenos paisanos de enegrecida camiseta y machete en mano que nos tientan mostrando efusivos sus sabrosos cocos de agua, deliciosa fruta que abren delante tuyo demostrando maestría y muy poco apego a las estremidades de sus manos. Se sorbe el agua de sabor sutil y fresco interminablemente, después le devuelves la verde fruta al espadachín para que te la abra de dos golpes certeros y te rebañe su gelatinosa carne blanca. Todo ello por 10 rps.

La visita al parque me ha dejado un excelente sabor de boca. Los cortos safaris en autobús no han sido muy afortunados pues no nos hemos encontrado con la gran atracción que hubiese sido ver al León. Pero nos ha dado tiempo de interrumpir estrepitosamente la merienda de una encantadora familia de elefantes salvajes. Nos miraban sin inquietarse, pero se notaba como el padre, sutilmente, se iba interponiendo entre nosotros y la pequeña cría dispuesto a cualquier cosa si hacíamos algún movimiento en vano.

Vuelvo a Bangalore, a mi apartada casa, apartada de todo excepto del riudo de la carretera y el estrépito de los aviones. Me doy cuenta de que mi desesperación con India es sólo con sus ciudades, sus horribles e irrespirables ciudades.

Saturday, December 16, 2006

Bandipure.

Las 15:00 horas, Bandipure, sentado sobre la hierva, hace rato que observo a un elefante domesticado comiendo ramas de árbol. Sus movimientos son lentos y perezosos pero de un vigor estremecedor. Los monos me observan a corta distancia esperando la ocasión de robarme algo. Un pequeñe bambi se aleja entre la maleza. No hay ruido, no hay bocinas, sólo gruñidos y graznidos.

He conocido a Prier, es quién me ha sacado de la habitación para que conociera al elefante, insiste en que le acompañe a todas partes, no habla nada de inglés y su expresividad no es suficiente para saber que será lo próximo que me quiere enseñar. Ahora son los bambús destrozados por los elefantes salvajes, ahora rompe altos castillos de termitas para mostrarme el oscuro interior donde les gusta dormir a las serpientes venenosas.

He acabao trepando por los árboles como hacía tiempo que no podía hacer. Árboles magníficos para trepar, con enormes ramas a baja altura que crecen casi paralelas al suelo. Ideales para construir la tan soñada por todos casita del árbol.

Las 19:30 horas, hace casi dos horas que llevo recostado en lo alto de un árbol, los ciervos me rodean y me ladran con un sonido mitad de cachorro de perro mitad de viejo cuervo. Antes del anochecer ya estaban debajo mío. Son como 30, marrones, con pintas blancas, algunos con astas otros sin ellas, grandes y pequeños. No me temen, más bien me amenazan. Me esfuerzo en imaginar que estoy perdido en la selva y que mi habitación no se encuentra a un escaso kilómetro de mi árbol. Agudizo el oido para intentar sobrepasar el sonido de las hojas al viento y los gruñidos de los ciervos. Hay un avispero de animales salvajes ahí fuera. No quieren hacerme daño pero protegerán a sus crías con su vida ante cualquier duda de agresión, y, luego, preguntarán.

La noche sin luna me acurruca en sábanas de estrellas, el árbol me mece y las hojas me cantan. Por qué entonces esta inquietud, esta ansiedad que no me deja fundirme y disolverme. Es por que soy un extraño, por que no pertenezco aquí, ni al bosque ni a Bangalore ni a la India.

Un pequeño barrio de Mysore.

Sábado, las 06:00am espero en el camino de tierra enfrente a mi casa a que aperezca el coche que me llevará a Bandipur, una parque nacional reserva de animales salvajes a 200km de Bangalore.

NOTA PARA EL VIAJERO:
El viaje son más o menos 500km entre ida y vuelta. Me va salir por:
* 4.500 rps el coche con conductor.

Si sobre paso los 500km, me cobrarán 8rps por kilómetro.
FIN NOTA PARA EL VIAJERO.

El viaje me va a salir un poco caro, y en autobús puede salir por unas 10 veces menos, pero de este modo me ahorro tropecientos trasbordos entre rickshaws y autobuses y además tengo un guía que habla 3 lenguas hindúes que me hará más fluidos los trámites, imprescindible si sólo tengo 2 días y no quiero perderlos en continuas confusiones y caminos sin salida.

Mysore, las 09:00horas, la oficina para reservar la habitación en el parque abre a las 10:30horas por lo que el madrugón ha resultado inutil, sin embargo me alegro de haberme regalado esta larga hora pues en el camino hasta aquí hemos atravesado mágicos barrios de color y de forma refleja no dudo ni un segundo en adentrarme en ellos cámara en mano para intentar extraer en imágenes solidificadas las sensaciones de una inmersión en estas callejuelas.

Es temprano, hombres, mujeres y niños empiezan el nuevo día lavándose en la calle, fregando y haciendo la colada al más puro estilo de novela de castillos. Las fuentes están en la calle y se convierten en punto de encuentro matutino, en inicio en final de la vida, donde rellenan los cántaros y vuelcan el agua sucia. La ropa, las ollas, los cuerpos, todo húmedo y rejuvenecido se muestra al sol para que lo seque.

Todo el mundo me sonríe al pasar y se turnan delante de mi cámara para inmortalizarles. Esta gente lejos de sentirse ofendidos por la indiscrepción de mi cámara te insisten interminablemente en posar para tí. El barrio está sembrado de pequeñas casas, pequeñas calles y callejones aún más pequeños. El interior de las casas es oscuro y angosto como madrigueras de seres del bosque. Me paran para que me siente y coma con ellos una especie de panes blancos y lechosos ahogados en salsa picante, me enseñan sus monedas exóticas y se enfadan por que no quiero comprarlas. Todo el mundo me saluda, les encanta que les diga algo.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Si quieres dormir en el parque tienes que hacer la reserva de anticipado en Bangalore o en Mysore.
FIN NOTA PARA EL VIAJERO.

Los mendigos.

Mientras escribo estas líneas un mujer de desgastados rasgos y ácida risa lleva cinco minutos dándome golpes en la rodilla para que le dé algo de limosna. No acostumbro a ceder ante la insistencia de sus peticiones, sé que para mí 10 rps no son nada pero no me agrada el gremio que se ha consolidado entorno a la mendicidad.

He oido historias de niños que se cortan (o les cortan) los dedos de la mano para dar más lástima, o madres que drogan a sus bebés para que aperenten enfermedad, por supuesto que estas historias son completamente falsas pero no deja de ser cierto que mucha gente vive de la mendicidad por que les resulta más fácil obtener dinero así que trabajando. También es cierto que hay mucha gente que no tiene otra opción que la mendicidad, pero no creo que sean los niños ni las mujeres completamente sanas.

Me encantan sin embargo todos los vendedores y vendedoras de cacahuetes, fruta, zumos naturales, arroz inflado, plátano frito, maiz, ... Me encanta consumir de sus ofertas y no me corto en darles propina.

Creo que soy una persona más de propinas que de limosnas.

Recuperando el aliento.

Las 20:30horas, estoy en el chiringuito de mi barrio, justo en la entrada al mismo desde Inner Ring Road, la inóspita carretera de indefinidos carriles que tengo que cruzar a diario para ir a cualquier parte. Las enormes hormigas rojas trepan por el cuenco metálico que contiene mi chai ya casi frío, los perros pelean en la calle de tierra, los coches se pelean en la de magullado asfalto y los aviones parten el mundo en dos descendiendo hacia el aeropuerto a poco más de 500metros de mí.

Ya empiezo a sentirme un poco más agusto, ya sé dónde están las cosas, ya sé dónde puedo comer algo que no pique como demonios, dónde tomar un té de vuelta a casa, dónde hay un supermercado... Ya navego por las carreteras con mi frágil bici sin miedo a un ataque al corazón a cada pedeleada.

Saturday, December 09, 2006

Esto es un infierno.

Los ruidos, la polución, la basura, lo hecho polvo que está todo, sus inmanejables bicis, la tiranía del tráfico, lo asfixiante de sus ciudades, los apagones en mitad de mi trabajo, las malditas especias, sus bocinas, el ridículo inglés que me está haciendo perder el poco que yo tenía.

Hay paises en lo que "está todo por hacer", aquí, sin embargo, una vez se hicieron las cosas pero al cabo del tiempo, gracias a una abundante cantidad de dejadez y falta de detalle, todo se ha ido pudriendo y derrúmbandose. Hubo bonitas casas que ahora muestran envejecidas el cemento bajo la pintura. Una vez los autobuses fueron relucientes y ahora se amontonan la colillas y los escupitajos en los rincones y los restos de vómito en los marcos de las ventanas. Una vez hubo pasos de peatones de los que ahora todo el mundo se ríe. Una vez hubo zonas verdes que ahora están valladas y sólo los plásticos y demás basura puede entrar. Una vez hubo carreteras asfaltada, ahora son un arcade de esquivar baches.

He estado en el museo tecnólogico y me ha dado mucha pena ver como la mitad de las maquinitas no funcionaban, algunas se mostraban claramente como los cables se habían desprendido, en otras faltaban piezas, y en otras no se podía ver a través de la mierda del cristal. No entiendo como la capital tecnológica de India muestra a sus jóvenes generaciones esta impresión de la tecnología. Si yo hubiera venido aquí de pequeño me habría apuntado a letras puras en cuanto me lo permitieran.

Las 13:00 horas, estoy bebiendo agua del grifo, me han dicho que está purificada y me muestran un siniestro aparato atado al grifo que parece sacado del muestrario de algún engañabobos vendedor de los tiempos del lejano Oeste. Como me ponga malo les voy a dar una patada en el culo.

Thursday, December 07, 2006

El caos en bici.

Los chicos del hotel necesitan un técnico de redes que les mire que pasa con maraña de routers wi-fi, mientras tanto me tienen a mí que me he pasado dos días a vuelta con los cables ethernet y los modems. Al final todo ha sido en vano, conseguimos que funcionase abajo pero el aparatito que amplifica la señal en el piso de arriba no ha querido funcionar.

Me mudo a mi nueva casa y me encuentro con que internet todavía no está activa, que vendría hoy.

Las 18:00 horas, tomando café en uno de los poco sitios donde puedes encontrar uno decente al que no le hayan echado el azucar de antemano. He venido al centro desde mi casa en el moto-rickshaw más loco de la ciudad. Varias veces he tenido que hacer amago de tirarme en marcha cuando el joven conductor se empeñaba en soltar el monillar y hablar conmigo sin mirar a la carretera. Tenía 2 enorme altavoces atrás de los que emanaban saturadas notas grabes techno que hacían vibrar todo y animaban al conductor a dar saltos en su asiento.

Me he comprado una bici (1.350 rps). Un clásico, una Hero-Jet de pesado hierro y frenos de engranajes (sin silga). El vendedor me ha dicho que sus anteriores dueños eran los monjes de su templo. Buen karma¡. La experiencia de conducir una bici en esta ciudad supera en 3 puntos la tensión y el miedo de los viajes en autobús. La bici se tiene que comportar como cualquier otro auto y por ello tiene que cruzar todos los carriles si quiere hacer un cambio de dirección haciendo inmersión en el caótico tráfico lleno de humo y pitidos. O trepar por los enormes puentes de cuatro carriles si esa es su dirección. Toda tu vida depende de 5 centímetros que son los que te separan de los camicaces autos: motos, rickshaws, turismos, autobuses, camiones.. Chupas carbono oxidado directamente de los tubos de escape y las normas de tráfico sencillamente no existen, si quieres pasar un cruce debes imponerte y hacer que los dema se paren para no atropellarte.

Sigo buscando mi Ohm de elevación espiritual intentando estar relajado en todas estas situaciones con las que me obliga a convivir este país.

Wednesday, December 06, 2006

Las fotos.

Por fín he conseguido subir una buena tandada de fotos:

http://www.flickr.com/photos/d2clon/sets/72157594412153589/

También por fín he conseguido romper la cámara, pensé que se me resistiría, pero no.. ya no arranca. Desde que la llené de arena del Ganges no ha vuelto a ser la misma. Ahora el objetivo parece atrancado y hace ruiditos como que quiere salir.. pero no puede.

Tuesday, December 05, 2006

Ya tengo casa.

20.000 rps/mes. Es algo menos de lo que pago en Madrid, para un alquiler medio en India es una exageración pero no aquí, en la ciudad de los ejecutivos. Las habitaciones baratas vienen a costar entre 2.000 rps y 8.000 rps, compartíendala con otro chico. En los precios se suele incluir la comida, la colada y la limpieza de la habitación. La mía es de las más agradables pues sólo comparto la casa con otras 2 personas y tengo acceso al salón y a la cocina, me muero por hacer una paella o una tortilla de patatas. Por no querer compartirla y tener la habitación extra me va a salir por más del doble. Aún así dentro de mi presupuesto europeo. El encargado de la casa me va a poner una conexión a internet y me va a traer un escritorio y una silla.

Me voy a sentir un poco raro y me va a costar acostumbrarme a tener 3 chicos todo el día dando vueltas por la casa limpíandolo todo, llamándome señor y preguntándome que deseo. Pero lo que más me preocupa es lo que me va a costar desacostumbrarme a mi vuelta a Madrid.

Monday, December 04, 2006

Mil y una veces perdido en Bangalore.

Una larga jornada visitando casas y paying guest houses. Horribles conversaciones teléfonicas en las que me sentía como un verdadero idiota rogándoles mil veces que me repitieran las frases que era incapáz de descifrar, pensaba que era mi torpe inglés, o quizás su extraño acento, y algo de esto tenía que ver pero el verdadero problema era que mi maleado nokia tenía tocado el altavoz y convertía las voces en atormentados gruñidos de lata.

Una dirección de Bangalore puede ocupar 6 líneas, por ejemplo:

4/102 2nd Main, 2nd Cross
Tavarakare
Main Road
Brinadvan Nagar

Opposite Fourm.
Behind Oracle.

Entre todo este lío tenemos: la zona, el barrio, el bloque de casas, la calle y el número exacto y siempre hacen falta un par de referencias de edificios cercanos. Nadie sabe dondes una calle está. Ni siquiera los conductores de moto-rickshaws, ni siquiera el oficial de la oficina de prepago. Se pueden hacer una pequeña idea gracias a la zona, pero una vez allí deberán preguntar varias veces a los paisanos para ir acercándose en forma de espiral cada vez más. Justo antes de llegar hay que hacer una llamada a quién te dió la dirección para que hable con el conductor y consiga darle el último empujón. No es que me haya pasado una vez, me ha pasado como siete veces en dos días. Menos mal que aquí puedes ir a cualquier sitio de la ciudad por menos de 60 rps.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Los moto-rickshaws pueden calcular el precio de 4 maneras:
1) Montándote y al final de la carrera te dicen cuanto es. Nunca coger esta opción.
2) Negociando el precio antes de partir. Si al final das unas pocas vueltas tendrás que pagar algo extra.
3) El taxímetro que llevan (meter). En realidad es siempre la opción más barata, pero deberás confiar en la buena voluntad del conductor y que no te dé mil vueltas de reconocimiento antes de llevarte a tu destino.
4) Las oficinas de prepago. No sé si hay muchas en la ciudad pero cerca de mi hotel hay una, vas, le dices la dirección y te dá un papelito con el precio al que el conductor debe ajustarse. Mismo comentario que en la opción 2.
FIN NOTA VIAJERO.

Sólo una de las paying guest house me ha convencido y es que era perfecta, con una habitación dormitorio y otra adosada que puedo convertir perfectamente en mi oficina temporal. Aquí la gente acostumbra a compartir habitación, mis costumbres de señorito me van a salir un poco caras.

Sunday, December 03, 2006

La búsqueda continúa.

Unas cuantas llamadas y visita al primer piso. La experiencia no es diferente a las que ya he tenido en otras ocasiones en la misma situación en Madrid. El barrio era algo extraño, un salpicado de casitas estilo duples entre pequeños bloques de casas bastante humildes. Los habitantes del piso eran simpáticos, unos cuantos adolescentes gorditos empleados de grandes compañías de tecnología, incluso había uno que trabaja en algo que ver con Linux. Es dificil encontar a alguien que tenga una leve idea de Linux, Bangalore es la ciudad Microsoft, en los anuncios de cursos de progamación siempre aparece primero .Net y luego Java.

Una cosa curiosa que me han explicado y no me llego a creer es que si solicitas una conexión a internet en tu casa la tendrás activa en un par de días. La vida de Bangalore se alimenta de mamá internet.

Son las 17:00horas, tomo un delicioso capuchino en un bar de jazz cuyo nombre me hace sentir cómodo "Java City".

Son las 20:30horas, vengo de ver otro piso, este era más caro, pero el verdadero problema es la fianza: en todos los pisos piden una fianza de 10 meses lo cuál puede llegar a ser de más de 1.000 euros si te descuidas. El habitante de la casa ha sido encantador y me ha comentado algunos trucos para culminar mi búsqueda en un par de días. En primer lugar me ha apuntado 2 periódicos que tengo que comprar: Free-Ads y Ad-Mag donde encontraré más de 1.000 anuncios de Paying Guest Houses que me ha dicho es lo que tengo que buscar y no un piso compartido, pues como mi estancia es corta no merece la pena pagar esas fianzas. Las Paying Guest Houses son como los pisos compartidos pero gestionados por empresas o propietarios que se encargan de acomodar a la gente y contratar a los sirvientes.

Lo de los sirvientes puede que asuste a más de uno que esté leyendo esto pero aquí en Bangalore, y no sé si en el resto de India, todo el mundo tiene sirvientes en casa, todo el mundo menos los sirvientes, por supuesto. Aquí nadie cocina ni limpia. Hay tanta gente tan sumante pobre que es sumante barato contratarlos para hacer las lavores domésticas. En realidad hay sirvientes allí donde mires, en toda la ciudad: en los ascensores como ascensoristas, en las puertas de los portales como seguratas sentados en sillas, en las tiendas que te abren la puerta, en todas partes te apartan la silla para que te sientes, en los bares y restaurantes hay una media muy elevada de camareros por cliente. En esta última casa me ha sorprendido la cantidad de seguratas que he conocido, he sido pasado como un testigo de una carrera de relevos hasta que el dueño de la casa me ha abierto la puerta. Hay que decir que todos estos seguratas tienen pinta de ser muy rápidos quitándose el uniforme y salir corriendo en cuento se huelan problemas.

Saturday, December 02, 2006

La dura búsqueda de casa en Bangalore.

Esto está siendo realmente complicado, no son muchos los anuncios que he encontrado de pisos compartidos, y menos aún los que las habitaciones estén amuebladas y si sólo nos quedamos con los que tienen internet entonces sólo nos queda uno: el pesado de Vasu que ahora no me contesta a los emails.

Estoy debil, demasiados viajes, demasiado poco comer, demasiado estress por que se me acaba el tiempo para tener que empezar a trabajar, demasiada descomposición y encima tengo una especie de picadura detrás de la oreja que me preocupa, si el lunes sigue con esa mala pinta deberé buscar un médico.

Ayer conocí a una simpática americana que llevaba 6 meses viajando por Asia. Trabajaba de profesora en Tahilandia, iba a quedarse 2 días por Bangalore y no pude quedar con ella para turistear por todos los cabos sueltos que aún me quedan por atar.

Las 18:00horas. Ya he conseguido conectarme a la Wi-Fi del hotel, las cuestiones tecnológicas algunas veces pueden volverse una odisea cuando al botones le dices que no me llega la señal y te enchufa el cable de la corriente por que se piensa que es eso a lo que te refieres y cuando después de toda la mañana descargándome el correo en la repisa de recepción consigo convencerles de que lo que creo que pasa es que el router de mi planta está desenchufado resulta que no sólo estaba desenchufado sino que no tenía cable de corriente.

Las 24:00 horas. Caminando por las anchas, oscuras y ruidosas calles de esta ciudad he parado en un chiringuito donde un anciano con barbas cantaba con voz demasiado aguda. Ahora todo ha cambiado de color y veo mucho más factible encontrar habitación, sólo necesitaba un poco de intimidad frente a internet. He encontrado un par de páginas dónde hay muchos más anuncios, casi todos para 'ladies' pero tengo unos 5 teléfonos a los que llamar mañana.

Friday, December 01, 2006

Bangalore.

Las 12:00am, espero en el aeropuerto doméstico de Delhi a que abran el check-in de mi vuelo a Bangalore. Después de 15 días sumergido en este ciclón de imágenes, sonidos, encuentros, separaciones, hoteles, viajes... estoy un poco cansado, aunque puede parecer lo contrario, no soy de naturaleza viajera, me gusta hacerme mi madrigera y no alejarme mucho de ella. Necesito mi castillo, mi pequeño hueco al que poder acudir en busca de rogimiento. Necesito, porfín, poder deshacer mi mochila por completo y sentarme en mi mesa con mi silla.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Hay dos aeropuertos en Delhi: el internacional y el doméstico. Los vuelos nacionales suelen salir del doméstico pero algunas compañías lo hacen desde el internacional, osea que mejor preguntais claramente de que aeropuerto sale vuestro vuelo.
FIN NOTA VIAJERO.

Viajo ahora a Bangalore, que en absoluto debe de ser la ciudad de la paz y el sosiego que esperaba encontrar en este viaje, pero tiene parques y tecnología, dos cosas que me encantan. Por el momento voy directo a un hotel con conexión Wi-Fi en las habitas, he hecho una reserva por 6 noches a 36euros/noche. Espero encontrar un piso con compañeros pronto, tengo un par de contactos con los que quiero quedar estos días para ver sus casas y ver si me puedo alojar con ellos. Ninguno de ellos tiene que dar a una calle principal, no podría soportar más noches despertándome de madrugada al grito de bocinas de autobuses, yo, que nisiquiera me despertaba con las obras de Tirso de Molina bajo mi balcón en Madrid.

Las 20:00horas, pienso comer en un PizzaHut. Tras un viaje que se suponía de 2 horas y hemos estado 4 metidos en el avión he llegado a Bangalore. Todo se ve igual, pero, si te fijas bien, hay pequeños detalles que lo diferencian: las calles están sucias pero se echa de menos esos adornos de montículos de basura orgánica en descomposición, incluso he creido ver un barrendero con lo que parecía su uniforme de faena, los retrovisores de los coches no están arrancados y loa rickshaws los llevan por fuera, las matrículas están limpias y se pueden leer, entre los típicos chiringuitos se turnan tiendas con grandes escaparates acristalados. Y, lo más sorprendente, hay aceras.

Mi hotel no es tan señorial como su precio me había hecho imaginar, pero todo está tan limpio que no me da miedo andar descalzo, ni apoyarme en sus almohadas. Hay internet, otra cosa es que sea capaz de conectarme con mi linux a medio configurar.

Me he encontrado en una situación extraña que en un primer y temible momento parecía un estúpido callejón sin salida: le he dado de propina al taxista que me ha traido al hotel las últimas 50rps que tenía cambiadas, la traviesa de mi tarjeta no me quería dar dinero, osea que no tenía dinero ni para llamar a Éspaña a que vieran que pasa con ella. Al final las 900 rupias nepalís que aún me quedaban me han salvado la vida.