18:00 horas en mi querida cafetería "Java City". Ranganath y Praneeth ya están esperándome en la puerta. Son dos programadores java que han respondido a mi convocatoria de freelances para colaborar con la pequeña empresa de software de la que soy socio.
En el "Java City" están de concierto de jazz por lo que tenemos que mudar nuestra pequeña reunión de negocios a otra parte. Me llevan a una pequeña cafetería cercana y comienzan las presentaciones. Son entusiastas y activos. Uno de ellos es administrador del grupo de usuarios java de aquí de Bangalore. Se muestran superanimados a colaborar con nosotros e impacientes con que les pongamos a prueba.
Sus precios son considerablemente más bajos que lo que se puede encontrar en el mercado europeo pero me demuestran que su metodología es un poco tosca y arcaica. De todos modos nada que no se pueda solucionar con un par de tutoriales, unos buenos "Hola Mundo" y unas mentes despiertas.
La conversación es un poco lenta culpa de mi torpe inglés pero para los temas importantes la sensación es clara: hablamos el mismo idioma.
Volveré a verlos antes de irme de su tierra.
Aún queda mucho camino por recorrer antes de que nuestra relación dé otro paso, pero la experiencia es interesante.
Ése mismo día después de la reunión fuí a visitar a un conocido que tengo por ahí y me presentó a dos profesionales más en el mundo de la tecnología. Uno no me gustó por ser un departamento nuevo en una gran empresa de energía que quiere meterse en el mundo del software, el hombre era un poco arrogante y presuntuoso, me pareció curioso que me cogiera de la mano mientras andábamos por la calle (aquí lo suelen hacer). El otro era un programador de la vieja escuela con interés en reciclarse, tampoco superó la buena sensación que me dieron Ranganath y Praneeth, pero quedaron en escribirme con sus descripciones y ofertas.
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