Friday, November 17, 2006

En India.

Sobrevuelo un cruce de estas estrepitosas calles, una es Main Bazaar las otras no lo sé ni creo que lo sepa nunca. Me encuentro en la terraza del Club India un agradable e higiénico restaurante-cafetería donde ya es la segunda vez que ceno.

Desde aquí se tiene una vista privilegiada de las alocadas escenas que ocurren en estas calles de Pahar Ganj. Los rickshaws gritando entre los niños que corretean, las bicis y las motos esquivándo choques frontales que siempre parecen inevitables. Una cuadrilla de niños se pelean usando su mejor cárate, pero luego se abrazan para despistarme.

Los puestos se pliegan perezosamente. Puede que sus dueños tarden una hora en recoger, no parecen tener prisa por llegar a casa. Los puestos de fritangas que todavía no me he atrevido a probar, humean incasables. Un encargado de un puesto se agacha mientras barre el polvo de la calle hacia el centro de la misma alejándolo de su tienda. Las vacas usmean en la basura y se comen los periódicos. Los pitidos y los motores van alejándose. La noche será tranquila y silenciosa.

Javier se ha ido, sólo llevo una hora sólo y me siento desorientado. Su camino le lleva hacia el sur, hacia Jaipur, y le separa del mío que me espera hacia el norte, en Rishikesh, Daramshala y, posiblemente, Nepal.

Hoy hemos hecho un city-tour en taxi.

NOTA PARA L+S VIAJER+S:
Les comento a los viajeros como hemos hecho lo del city-tour para que se hagan una idea.

750 rupias (14 euros) un taxi para nosotros durante cerca de 7 horas. Te lleva a donde quieras o le dejas que te lleve. Puedes conseguirlo más barato, incluso gratis, si dejas que te lleven a todas las tiendas que ellos quieran. Es muy típico esto de que los taxistas insistan mucho en llevarte a esta u otra tienda, no sé cuál es el negocio que se traen entre manos pero no se puede ser muy permisible con esta costumbre o estarás perdido, sin embargo no pasa nada si te consiguen llevar a una tienda, en la que estuvimos era fantástica, parecía un museo de artesanía, había cosas realmente increibles, grandiosas.

Nosotros intentamos hacer lo posible para encontrar por nuestra cuenta un taxista que nos llevara de tour sin llevarnos a ninguna tienda, pero negociar con ellos es agotador y al final nos volvimos con el rabo entre las piernas a pedir ayuda a cualquiera de las oficinas turísticas del barrio.

Hay que tener en cuenta que resultará casi imposible estar con un taxista durante 7 horas y que no te consiga llevar a ninguna tienda, el nuestro, aún habiéndolo contratado en una oficina turística, nos acabó llevando a una, como he dicho antes no me arrepiento pero le dejamos saber que estábamos enfadados y que se notaría en su propina.

Sumarle a las 750 rupias las 200 que le dimos de propina (es una propina excesiva). Sumar también las dos entradas que tuvimos que pagar pues no todos los sitios de interés turístico son gratis, en tickets nos gastamos 350 rupias cada uno. Las entradas para extrangeros son más caras pero no haces cola, agradecereis esto si vais el domingo a ver el Red Fort.
:FIN NOTA PARA LOS VIAJEROS

Aunque yo no tenga sensibilidad para las visitas a los edificios y demás cosas históricas ha sido un paseo delicioso, y me ha parecido curioso encontrame haciendo turismo rodeado de turistas del país. Y en los trayectos el taxi nos convertía en espectadores protegidos de unos mundos profundos.

Acaba de aparecer en mi mesa un suculento plato de tofu esponjoso con verduras presentado en una bandeja de piedra caliente que chisporrotea, junto con unos trozos de pan pita grasientos y deliciosos. Todo ello por 60 rps (poco más de 1 euro).

Os dejo para cenar mientras observo desde el aire como los puestos cierran entre risas, gritos, música, motores y humo.

...

No he terminado de comer, me falta el masala chai. Ahí abajo están descargando ladrillos macizos de un camión, a mano, uno a uno, haciendo una cadena humana hasta el suelo. Los cuentan una y otra vez, como si fueran lingotes de oro, para que no falte ninguno.El policía descansa sentado en una silla afuera de su garita. Dos personas ya duermen encima de su puesto recogido.

Llega mi té, está hirbiendo, como siempre, quizás tenga que esperar media hora hasta poder pegarle el primer sorbo, la nata se solidificará en su superficie.

El Santi todavía sigue por aquí, nos lo solemos encontrar, espero que me lo encuentre mañana. Él también marcha, hacia Nepal. Yo no sé cuando conseguiré despegarme, aquí aguanto un par de días más por lo menos. Quiero segiur embriagado de este extraño caos que te satura todos los sentidos. Cada rincón es una foto, cada mirada un bombazo al corazón, cada niño una bomba de energía.

Hoy, sentado con el Santi en un puesto de café a orillas de Main Bazaar me ha dicho algo que he tardado en digerir: "Mira: un elefante¡", creo que he tardado más de 20 segundos en reaccionar y girarme y ahí estaba: magestuoso, solemne, imperturbable, abriendo las aguas a su paso, deteniendo el tiempo. Un elefante atravesando Main Bazaar, quienes conozcan la calle y su ambiente comprenderán lo sorprendernte del espectáculo.

Esta tarde en nuestro guiry-tour nos han asaltado varias veces señoritas hindúes de rasgos orientales, joviales y traviesas, nos piden que nos hagamos fotos con ellas. Son mayores, mujeres inquietas de una zona de la India que me está apeteciendo conocer. No hablan inglés sólo les he podido entender que son de alguna zona del noreste pero el nombre de la ciudad fué ininteligible para mí.

Son las 23:00 horas de la noche, una moto ruje y desaparece, parece marcar la caída del telón, la calle comienza a detenerse. El muro de ladrillos descargados ha crecido hasta la altura de un hombre, 3 personas miran mientras 4 trabajan, es una buena proporción comparada con la que se suele dar en España.

En el hotel hay un miniciber, he hablado con el encargado y me ha dicho que no hay problema en enchufar mi portatil siempre y cuando sea yo quien se encargue de que funcione. En esta ciudad todo es negiciable, esto agota muchas veces, pero te salva la vida algunas otras.

La comida es barata, esquisita, muy barata y la puedes pedir a cualquier hora. Todavía no he comido nada extremadamente picante ni nada que me haya sentado mal.

...

Son las 01:30 horas de la mañana, estoy en la sala multiusos del hotel. Cualquier idea que te estés haciendo de conceptos como: sala multiusos, baño en la habitación, balcón, acondicionador de aire, acceso de alta velocidad a internet.. no valen aquí. En la sala multiusos el techo en bajo, no hay ventanas, es oscuro y las paredes están alicatadas con granito blanco, como si antiguamente hubiera sido un baño turco. El baño es mugriento, la ducha está oxidada y cae el agua sobre la taza del bater, el lavabo escupe el agua a tus píes y el desagüe traga mal. Si te asomas bruscamente al balcón puedes darte un cabezazo con el edificio de enfrente y si cuelgas la ropa húmeda en el balcón puedes electrocutarte (gracias Virginia por el aviso). Aún así he tenido dudas a la hora de decidirme a buscar una habitación más confortable en otro hotel y cuando me han dicho, en el hotel al que he ido, que todo estaba ocupado me he sentido aliviado y he vuelto alegre a mi hotelucho a negociar un par de días más. Me encanta este hotel, son super agradables, no me falta de nada y me siento seguro.

...

Las 03:00 horas de la mañana, quería haberme acostado pronto pero una parejita de inglesitos ébrios se han sentado en mi mesa a darme charla, eran majos y habían viajado por todo Asia durate 8 meses, sólo que el chico bebía wisky y se ha aprovechado de mi paciencia para escupir sobre mí toda la rabia que tenía acumulada porque la gente en India "Only wants money.. money¡". Comentaba que en ningún sitio había visto la insaciable sed de dinero que ha visto aquí. Al final le he hecho un esquive y he conseguido que me dejara marchar.

Voy a salir a mi super balcón a fumar un cigarro traquilo y ver si mi acelerada cabeza se realentiza hasta la fase rem.

No comments: