Hay una placita en las calles ocultas de Pahar Ganj com más color y risas que ningún otro punto del mundo que haya conocido.
Para encontrarla hay que meterse en una de las callejuelas que salen de Main Bazaar con dirección norte justo en la esquina del hotel Vivek. Atravesar los olores de un angar que hace de estercolero y continuar hasta que la calle quiere que gires a la derecha. Continuamos dejando atrás las barberías y la plaza se abre a nuestra izquierda.
Mientras tomo estas notas todos los niños están ahora a mi alrededor, no creo que pueda quitármelos de encima, va a ser imposible. ¿Qué soy para ellos?¿Una figura de juguete?¿Una gran estrella del cine?.. El más lanzado me pregunta insistente: "Contri, contri¡", pero no le pienso contestar, en vez de ello me levanto y bailo, esto les gusta, cualquier escusa es buena para reirse de mí, me vuelvo a sentar y ellos conmigo, me bacilan, se empujan unos a otros para caer encima mío, la situación es de una densidad insostenible pero nada me estresa, disfruto de sus burlas y atropellos, intento quitarles una raqueta para jugar con ellos al bagminton (juego muy popular entre los niños de estas calles) pero no me dejan. Finalmente me voy, no puedo quedarme, es imposible, nunca dejarán de atosigarme, me siguen con la mirada mientras me alejo y todos levantan su mano después de la mía.
Esta plaza es como un zumo de frutas concentrado, los colores se saturan, las casitas se amontonan orgullosas, es como si todo estuviera a escala y yo fuera demasiado grande para ella, quizás es por eso que casi todos sus criaturas son niños. Me gustaría quedarme un rato a observar en paz pero sé que no me dejarían.
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1 comment:
que paseo mas cinematografico
muy bien descrito, joer, me he emocionado
un abrazo,
j.
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