las 12:30 horas, en algún elevado punto de "Mokey Island", sentado sobre una gigantesca roca que comparto con una familia de miedosas hormigas rojas como traquilamente la fruta de mi almuerzo.
Se puede cruzar desde la playa a la isla andando casi sin mojarte cuando la marea está baja, veremos luego como lo hago para cruzar de vuelta. Me he puesto mis zapatillas que hacía tiempo que no las usaba y he trepado por el primer terraplén que me ha parecido accesible. Casi todo el rato la abundante vegetación te obliga a avanzar casi en cunclillas pero aún así avanzas. Todo es completamente selvático y denso, no hay sendas y avanzao zigzageante y lento. Habré avanzado 200 metros en 1 hora.
Aquí subido a la roca en silencio pareces desaparecer y todo trascurre a tu alrededor sin fijarse en tí. Insectos y pájaros se dejan ver sin temor y la mayor peturbación es provocada por alguna enorme hoja arrojándose al vacío. Es extraño, creo divisar una senda, voy a seguirla.
13:20 horas, creo que he encontrado el corazón de la isla, se le ve viejo y dolorido con muchas heridas aún abiertas pero con fuerza y con ganas de seguir por algún siglo más. Tiene forma de árbol pero está claro que es algo más. Si sigues sus ramas parecen abarcar toda la isla y casi todos los árboles de alrededor no son más que extensiones de él mismo. Sus ramas se convierten en raices y se incrustan en la isla, parece como si la intentase levantar, como si la estuviera sujetando, quizás cuando el árbol muera la isla se unda en el mar. Pequeñas lagartijas me observan mientras tomo estas notas, son las fieles guardianes, espero que comprendan que mis intenciones son pacíficas, si desaparezco y alguien encuentra este cuaderno le sugiero que tenga cuidado con ellas.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment