Thursday, February 01, 2007

Los adioses.

Me despido de mis colegas freelances con la experanza de que podamos trabajar juntos en un futuro cercano.

Me despido de Mark, el chico del primer hotel donde estuve y que entablamos una futil pero muy confortable amistad.

Me despido de la gente de gimnasio y me dejan que nos hagamos unas fotos.

Me despido de Bangalore cogiendo mi bici y recorriendo infinitas y estrechas calles sin parar de tocar el timbre y saludar a todo el mundo.

Me despido de los chicos de mi casa y reparto todas mis pertenencias entre ellos, todo les viene bien, los nikis, el botiquín, la sábana cosida, la pequeña mochila, todo menos los condones, cuando se enteran de lo que son abren sus ojos como pozos y se apartan avergonzados. Nada, no quieren los condones :)

Me despido de la India con la sensación de que hace tiempo que ya me he ido. Tengo ganas de volver, seguro que más adelante echaré de menos todo esto, pero por ahora, estoy hasta los mismísimos.

Amen.

Sunday, January 21, 2007

Disturbios en Bangalore.

Estaba pasando la tarde con mis dos colegas programadores haciendo una pequeña demo de un par de interesantes frameworks java cuando la gente del bar empieza a salir pitando. No le damos gran importancia sumidos como estamos en nuestro entretenimiento pero los encargados del bar empiezan a apagar luces y no tardan en decirnos que están cerrando, la verdad es bastante pronto y algo inusual está pasando.

Mis acompañantes interrogan al camarero y se cruzan unas buenas parrafadas en este extraño lenguaje suyo. La traducción fué impactante: dos bandas rivales de Bangalore tienen cita esta noche en el centro para protagonizar un gran altercado.

Todo parte por la reciente ejecución de Saddam Hussein y por el cabreo de un gran grupo de seguidores suyos residentes en Bangalore. La policia ha sido informada y ahora está recorriendo el barrio avisando a comerciantes y transeuntes de que tomen las medidas oportunas para afrontar la manifestación que de ningún modo será pacífica.

Tenía una entrada para el cine pero me parece que me la voy a comer con patatas, voy a visitar a Mark que sabe mucho de todo y me puede explicar que es lo que está ocurriendo y la dimensión del peligro de mi integridad si permanezco por el centro. En efecto Mark confirma lo de mis anteriores acompañantes y me recomienda coja un rickshaw lo antes posible y vea las noticias mañana.

Resultado: 1 niño muerto, decenas de heridos, tiendas, coches y autobuses incendiados y altercados hasta las 07:00 de la mañana.

Saturday, January 20, 2007

De tiendas.

Salgo un sábado de tienditas por que le quiero comprar un elefante a mi madre. Cojo un rickshaw que me lleve al centro y curiósamente me ofrece algo que siempre me incomoda: enseñarme una tienda. Estás de suerte amigo, y acepto la invitación. A cambio la carrera me saldrá gratis y a él le darán una propina.

Ir de tiendas es bastante agobiante, tienes que tener nervios de acero y no dejarte intimidar por ninguna de las múltiples estrategias de los vendedores.

Si respiras hondo y tienes un día de esos que te sientes seguro de tí mismo y la presión te hace cosquillas y sonríes, entonces es tu día de ir de tiendas.

Nada más entrar sonríes y saludas alegremente en alto, lo que quiere decir algo como "aquí estoy, venid a venderme todo lo que tengais". La voracidad de los vendedores es admirable.

Entonces empiezas a mirar las cosas y al rato empiezas a preguntar precios, no regateas al principio, simplemente pasas la siguiente pieza interesante y la observas y preguntas también el precio y pasas a la siguiente. Sin ningún tipo de esfuerzo empezarás a ver cómo los precios van bajando y si te preguntan cuál es tu precio dices: "nada nada, es muy caro". Sigues así un rato y la paciencia del vendedor empieza a acabarse, los precios siguen bajando y el vendedor empieza con los chantajes emocionales, que si no ha venido nadie hoy que si eres el primer cliente.

También jugará al típico truco de: "esta es la oferta por ser hoy por que hoy es el día de San Mortadelo". Lo que quiere decir que si vas a otra tienda la pieza estará mucho más barata por lo que es mejor que te le venda antes de que salgas de su tienda.

En la primera tienda no debes comprar nada, sólo tomar notas mentales y sobre todo nada de regatear, si ofreces una cifra quiere decir que tienes interés y tendrás que comprar la pieza si bajan hasta cerca de tu precio pues lo contrario ya sería mala educación, simplemente no muestres demasiado interés, ellos irán bajando el precio hasta casi su límite, a partir de ahí sabes que existe la posibilidad de pretar hasta un 30% más abajo.

En la segunda tienda haces un poco lo mismo y con esto ya sabrás más o menos cuanto puede costar la pieza.

Si quieres que la gente no se moleste puedes comprar una pequeña pieza de unas 100 rps, con ello ya se dan por satisfechos.

Si hace cómo yo hacía que era decirles que hoy no iba a comprar nada que igual mañana, se ponían de los nervios por que su negocio está en la compra compulsiva. Si encima dices que quieres comparar precios con otras tiendas ya les has matado, se relajan y saben que tienen que bajar al límite o te han perdido.

Cuando ya has visitado un par de tiendas puedes ir a una del gobierno, en estas tiendas los precios son fijos y sabrás cuál es el valor más o menos real de las piezas. Aún así en un tienda normal puedes bajar ése precio un 20% con facilidad.

Una vez que ya te haces una idea del precio promedio puedes comprar. Lo mejor es comprar muchas cosas en la misma tienda pues lo que de verdad les importa no es el margen que sacan de la pieza si no el total de la venta efectuada. Es decir que prefieren vender dos piezas por 1.000 rps que una por 800 rps.

Te pensarás que soy un poco cabroncete por andar racaneando a esta gente, y puede que lo sea pero también me comprendereis cuando os diga que la misma pieza en una tienda de turistas puede costar 40.000 rps (720 euros), en esa misma tienda cuando han llegado a su límite la misma pieza cuesta 20.000 rps, en la siguiente tienda, ya no tan de turistas, la misma pieza cuesta 10.000 rps y en una tienda pequeña cuando has ofrecido un precio y peleado un poco la tienes por 4.000 rps (72 euros). Cómo verás ya no es que me esté aprovechando, es que estoy intentando que no me tomen como el típico alemán gordito que está aquí de pasada y se le caen los euros del bolsillo.

Mamá ya tengo un elefante de madera para tí :).

Monday, January 15, 2007

Ilustraciones para el blog.

Una queridísima amiga me ha hecho unas ilustraciones para decorar el blog. Podeis verlas en las siguientes entradas:

* largo paseo
* Un pequeo barrio de Mysore.
* Paz en Nepal.
* Camino hacia el norte.
* Llegada y primer día.

Actualizado ( 1 de Febrero ):
* Old Delhi.

Pinchar sobre ellas para ampliarlas.

Sunday, January 14, 2007

Doom 2

Doom 2 es la película bolliwoodiense de acción más popular del momento.

Compro una entrada de balcón que son las más caras como buen majarajá que soy y me dispongo a pasar 2 horas y media frente a la gran pantalla sin enterarme de nada. Pero sorprendentemente disfruto como un enano del despliegue de ingenuas escenas de acción, enredos y sorpresas del que se compone la película.

Cierto es que las escenas de diálogos pasan ante mí como si se tratara de un documental de animales pero estas películas tienen un alto contenido visual y la mayor parte de la trama se disluce fácilmente.

Son como un gran coctel de toques manga, con interminables momentos a cámara lenta, humor infantil royo jaimito, escenas musicales con bailes, descarada sobreactuación de los actores, lucimiento de cuerpos hermosos, antihéroes, trucos increiblemente originales, acción, peleas...

Me ha encantado y no me importaría ver la primera parte de la serie que dicen que es mucho mejor.

Repartiendo fotos en Mysore.

He vuelto a Mysore. Llevaba un par de semanas dándole vueltas a una idea y ayer me animé a completarla.

Cojo un tren mañanero hacia Mysore y me presento allí a medio día, atiendo a la llamada de un rickshaw y me lleva hasta Ashakapura, uno de los barrios pobres de la bulliciosa ciudad. Hace un par de semanas hice un buen puñado de fotos de este barrio de colores y de sus gentes que posaban entusiasmados para mí. Hoy he traido unas cuantas conmigo reveladas en papel, mi misión es encontrar a los modelos y regalarles una copia.

Es un momento delicado el preguntar a la primera persona, sé que la cosa se animará pronto en progresión geométrica y mis cálculos no me fallan. Las primeras personas que encuentro son los encargados de una peluquería a los que les hice una foto en la entrada de su tienda. Ya tengo un buen corro de niños a mi alrededor que me insisten en que les enseñe qué es lo que llevo en mis manos. Inmediatamente se convierten en mis guías y traductores personales. Recorremos los callejones donde más y más gente se muestra interesada por lo que es el acontecimiento del día. Mis fotos vuelan de mano en mano, se las quitan unos a otros y viajan lejos más allá de las esquinas para volver a parar a mis manos milagrosamente. Siempre hay alguien que reconoce a un familiar y les dá indicaciones a mis guías para que me acompañen en el camino.

La gente se queda sorprendida por mi actuación, me ofrecen comida y té y ríen y se les ilumina los ojos. Los niños son siempre los más agradecidos, no están acostumbrados a recibir nada. Son gente humilde que no está adaptada a los turistas y por lo tanto no han aprendido a exprimirlos.

Durante la búsqueda me conducen por callejones y casas. Pasillos estrechos y habitaciones de techo bajo. Grupos de niños y mayores. Artesanos, jugadores, ciclistas, cocineros, fumadores, cantantes, deportistas, ... Voy de la mano de los niños y mi misión y mis fotos precede siempre a mi llegada.

Unas cuantas horas más tarde y ya casi anocheciendo he acabo porfín mi reparto y una nube de niños ociosos me rodean esperando más fotos. No hay más fotos y necesito salir de la multitud, estoy agotado no por las caminatas sino por la presión de las gentes.

Camino los 4 km que separan el barrio del centro de la ciudad, descanso y juego en un parquecito en medio de la nada. Dos niñas me presentan a sus amigos y a un perro callejero. Me despiden interminablemente por encima de mi mochila cuando me marcho.

Esta gente es endiabladamente adorable.

Sunday, January 07, 2007

Contactando con programadores en la capital tecnológica de India.

18:00 horas en mi querida cafetería "Java City". Ranganath y Praneeth ya están esperándome en la puerta. Son dos programadores java que han respondido a mi convocatoria de freelances para colaborar con la pequeña empresa de software de la que soy socio.

En el "Java City" están de concierto de jazz por lo que tenemos que mudar nuestra pequeña reunión de negocios a otra parte. Me llevan a una pequeña cafetería cercana y comienzan las presentaciones. Son entusiastas y activos. Uno de ellos es administrador del grupo de usuarios java de aquí de Bangalore. Se muestran superanimados a colaborar con nosotros e impacientes con que les pongamos a prueba.

Sus precios son considerablemente más bajos que lo que se puede encontrar en el mercado europeo pero me demuestran que su metodología es un poco tosca y arcaica. De todos modos nada que no se pueda solucionar con un par de tutoriales, unos buenos "Hola Mundo" y unas mentes despiertas.

La conversación es un poco lenta culpa de mi torpe inglés pero para los temas importantes la sensación es clara: hablamos el mismo idioma.

Volveré a verlos antes de irme de su tierra.

Aún queda mucho camino por recorrer antes de que nuestra relación dé otro paso, pero la experiencia es interesante.

Ése mismo día después de la reunión fuí a visitar a un conocido que tengo por ahí y me presentó a dos profesionales más en el mundo de la tecnología. Uno no me gustó por ser un departamento nuevo en una gran empresa de energía que quiere meterse en el mundo del software, el hombre era un poco arrogante y presuntuoso, me pareció curioso que me cogiera de la mano mientras andábamos por la calle (aquí lo suelen hacer). El otro era un programador de la vieja escuela con interés en reciclarse, tampoco superó la buena sensación que me dieron Ranganath y Praneeth, pero quedaron en escribirme con sus descripciones y ofertas.

Saturday, January 06, 2007

Las preguntas de la cocina.

¿Cuál es el puchero de la leche? El que está negro por dentro.

¿Cuándo están en su punto los espaguettís? Aquí desde que los sacas de la caja pues si los lanzas contra las baldosas se quedan pegados.

¿Cuál es el bote del azucar y cuál el de la sal? Fácil: el del azucar es el que tiene hormigas dentro.

¿Por qué cruge la puerta del armarito al cerrarla? Por que has pillado una cucaracha contra el marco.

¿Dónde está la basura? Detrás de la nube de mosquitos.

Thursday, January 04, 2007

Nota para el viajero: Guía turística de Palolem.

Mi chiringuito preferido era el: D'Costa que está en la parte norte de la playa.

Mi relaciones públicas preferido era: Manyo, podeis preguntar por él en el D'Costa. Un chico joven con media melena que me buscaba los mejores precios y me daba buenos consejos sobre mejores horas para ir a ver los delfines o consejos sobre alquilar motos. También me consiguió alojamiento en los solicitados bungalows.

Sitio donde comer increibles bistecks: Cool Breeze, está un poco en el interior, en la calle principal que desemboca en la playa. Me lo recomendó una pareja de alemanes que se pirraban por la buena comida.

La playa de las tortugas: no es muy conocida, está como a 5 playas hacia el sur de la de Palolem, andando, si conoces el camino puedes tardar 2 horas. Puedes alquilar un barco de pescadores que te llevarán hasta allí, te esperán unas cuantas horas y te traerán por unas 1000 rps, en el barco caben 6 personas. Creo que las tortugas sólo están en invierno y es muy dificil verlas, pero la playa es muy apacible, el trayecto mola tanto en barco como andando.

La mejor parte de la playa: es la norte y los bungalows son más baratos.

La playa mariposa: es una tontería y no merece la pena ir. Yo no fuí pero toda la gente que me comentaba me decía lo mismo.

El proveedor: Sam Jey, le gusta que le llamen sólo Jey o Ronaldiño. Es el encargado de unos bungalows, podeis preguntar por él en el D'Costa, estaba siempre ofertando todo tipo de estupefacientes, pero ya sabía que conmigo no tenía mucho negocio.

Wednesday, January 03, 2007

Tuesday, January 02, 2007

El infierno tiene 4 ruedas.

Las 21:30 horas, llevaba esperando más de hora y media que llegase mi autobús hacia Bangalore. Han pasado un par de ellos pero los conductores me dicen que ninguno de esos es el mío, la gente se pelea con los revisores, todos están mosqueados, puede que nos quedemos sin autobús. Al final uno de los conductores me deja entrar, me subo en marcha pues no esperan a nadie, me conduce por un estrecho pasillo rodeado de cortinas hasta el final del autobús, cinco asientos reclinables con sus bellos durmientes asociados se amontonan en un cubículo. Esto es la maravilla del famoso sleeper.

Me hundo en mi asiento y abrazo mi mochila, entorno los ojos y guardo la mirada en algún oscuro punto, la noche será larga e incómoda. Al reclinarme hacia atrás el asiento cede conmigo y al reincorparme el asiento lo hace conmigo sin ningún tipo de resistencia. Empujo la mochila hacia mís pies y me recuesto intentando despertar de esta horrible pesadilla. Entonces empiezo a sentir lo que ya me habían contado: la magnífica suspensión trasera de los sleeper, mi cabeza da tantos botes que me siento nervioso si cosigo reposarla durante mucho tiempo, muchos de estos saltos son verdaderamente asombrosos y la mitad superior de mi cuerpo puede flotar hasta 20 cm sobre el asiento con los consecuentes y agradables aterrizajes. Al final mi sistema nervioso se adapta y consigue poner rígido el cuello de forma refleja cuando empiezan los despegues.

La luz de la lámpara me dá directamente en la cara, mi gorra no es suficiente para apaciguarla. Dormito en posturas indibujables intentando adaptarme al volumen de mi mochila. Mi compañero me patalea cada vez que conquisto un centímetro de su zona. Alguien tiene una mala digestión y doi gracias de que nadie ronca. Somos los remeros de reemplazo descansando en la bodega de una gran galera.

Se me ha pasado bajar a mear en la anterior parada, aproveché la paz para dormitar y me fué imposible levantarme. No habrá otra parada hasta dentro de puede que 6 horas. Llego a Bangalore con una pelota de goma dura empujándome la próstata, nunca había tenido tantas ganas de mear, no sé en qué parte de la ciudad estamos ni quienes son esa gente que se bajan con sacos del autobús pero tengo que salir de aquí, cojo mi mochila, no reviso si me olvido algo, y me lanzo a la calle, esquivo los conductores de rickshaw y camino con visión de tunel hacia unos arbustos al final de la calle. Meé durante más de 2 minutos seguidos, casi me desmayo de felicidad antes de abrocharme la bragueta.

Otro viaje de autobús de 16horas que marca una nueva y encantadora cicatriz de satisfación y buenos momentos.

Monday, January 01, 2007

Se acabó la playa.

15:30 horas, en mi chiringuito preferido esperando que me sirvan una refrescante ensalada. Los perros de la playa están de revuelo por la aparición de un perro que no es de la comarca. El guiri que parece ser su dueño lo protege con aspavientos pero la jauría les sigue de cerca ladrando al nuevo para que se ande con cuidado.

Ya es hora de que me vuelva a Bangalore y me encadene al ordenador que tan abandonado he tenido estos días. Hay algún asunto importante que estoy impaciente por atender.

La noche de ayer fué.. curiosa. Cientos de fuegos artificiales bombardeaban peligrósamente cerca de nuestras cabezas la orilla del mar. Comí tiburón acompañado de mis agradables vecinos: australianos, ingleses e irlandeses, simpáticas parejitas que celebraban aniversarios más o menos recientes de sus respectivas bodas, desde recién casados hasta bodas de plata (25 años es bodas de plata?). Para ellos tuvo que ser una de las noches más mágicas de sus días. Para mí estuvo enmarcada en la timidez y la desituación, sólo y con tanta dificultad de comunicación, pues mi inglés no es ni de cerca suficiente para cazar la jocosa conversación de un grupito de angloparlantes animados.

Me despido de Goa con la sensación de no haber encontrado nada mágico ni poderoso. Lo más auténtico a lo que me he acercado fué al pescador de ostras que me ayudó a cruzar el enorme río que se interpuso en una de mis expediciones. Todo lo demás han sido maravillosas y efímeras sensaciones de turista en su burbuja acolchada.

Sunday, December 31, 2006

Largo paseo.

12:30 Descanso ocultándome del aturdidor sol debajo del porche de un chiringuito de carretera cerrado. Me encuentro en mitad de una larga caminata cruzando ríos y playas hacia una incierta meta.

Me saca de mis pensamientos una vieja scooter con dos tripulantes que cargan un enorme bloque de hielo que va dejando un futil rastro a su paso. Un joven aparca su bici a mi lado, la canda y esconde sin desconfianza la llave delante mío sobre una repisa. Un paisano sube la cuesta con su bicicleta a un ritmo tan lento que parece imposible que conserve el equilibrio, viéndole da la sensación de que el tiempo se esté deteniendo. Un viejo hombre de oscura piel y extremadamente delgadas canillas se sienta a mi lado arrugando su camisa, según entiendo está esperando que alguien le lleve al próximo pueblo.

14:30 horas, me detengo a curiosear un pequeño templo al borde de la carretera, sostengo en mi mano una abandonada reliquia y antes de volver a posarla dos hombres me llaman la atención desde su moto. Me hacen señas para que me acerque , con un poco de indecisión pero completamente confiado me acerco a ellos al tiempo que el pasajero de atrás echa mano a lo que parece la empuñadura de un largo cuchillo que oculta en el interior de su chaqueta. Sorprendido por la apariencia de la situación no tengo tiempo ni de alejarme. El hombre termina su ágil movimiento mostrando unas enorme plumas de pabo que me ofrece y me insta con señas que las deposite en el templo. Refrescantemente aliviado y reéndome de mi mismo, les sonrío y accedo a su petición adornándola con el repiqueteo de una campana que pende del templo. Se alejan mirándome sonrientes.

15:30 horas, un enorme río se arrastra a mis pies. No hay puente. Consigo llamar la atención de un pescador de ostras que anda por la otra orilla empujando su pequeña embarcación y recogiendo sus capturas una por una. No hablamos mucho, accede a llevarme hasta el embarcadero en la desembocadura por unas pocas rupias.

18:00 horas, anochece y me encuentro en una anónima playa contemplando la hipnotizadora puesta de sol. Pequeños cangrejos se esconden en sus agujeros a mi paso. Misteriosos peces trepan hasta la playa abrazados a las olas que mueren y se escapan siguiéndolas. Una niña me cambia por mi bolígrafo un artesano adorno hecho con bolas de corcho pintadas.

22:00 horas. Cruzo media docena de playas una tras otra trepando por los pequeños arrecifes que las separan hasta llegar a Palolem, mis vecinos ya me esperan en una gran mesa y el pescado está en la parrilla. Los fuegos artificiales más impacientes ya están en el aire.

Saturday, December 30, 2006

La scooter.

Las 15:30 horas, paro en mitad de una estrecha carretera completamente perdiro entre esta maraña de pueblecitos solapados en un chiringuito atestado de moscas a tomar un zumo natural de frutas y a preguntar por la playa de las tortugas donde estuve ayer noche de expedición invitado por todo mi nuevo barrio de bungalows.

He alquilado una scooter y vengo de la playa de Angora: una increible esplanada de arena semidesierta bañada por un tranquilo Mar Arábigo donde he pasado toda la mañana.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Es mejor alquilar una scooter que una de carretera por varias razones pero la primera es que si te pillan sin licencia con una un poco más grande deberás sobornar al policía para que no te meta en un lío. También es recomendable llevar casco y transitar por la estrechas carreteras comarcales que además son más entretenidas.

La scooter para todo el día 300 rps (en temporada baja son 150rps).
Hay que echar gasolina y es más o menos 50 rps el litro a unos 20 km por litro.

Normalmente no te piden ni pasaporte ni fianza ni nada, los que te alquilan la moto son los chavales del pueblo.
FIN NOTA VIAJERO.

El chiringuito hace las veces de improvisada gasolinera y las scooter paran aquí para que les satisfagan su sed de mezcla servida en botella de plástico. Rodeado de palmeras, perros y nativos en bicicleta.

Las 17:00 horas, tumbado en la playa de las tortugas, rodeado de puestas de decenas de huevos que eclosionarán en unos días. El día de la visita con la gente de mi barrio vimos una pequeña tortuguita aupándose perezosamente hasta la orilla, el principio de una vida que durará, si todo va bien, cerca de los 100 años.

De vuelta a mi playa un padre me entrega a su hijo para que le acerque al pueblo cercano.

Thursday, December 28, 2006

Palolem día a día.

Creo que cualquiera se puede acostumbrar a esto.

Te levantas tarde, saludas al día desde el porche de tu bungalow, la playa asoma frente a tí. Te duchas tranquilamente y caminas 20 metros hasta tu chiringuito favorito donde te saludan todos y te papeas un desayuno de reyes. Te estiras un poco y sales de excursión a los pequeños bosques, playas o arrecifes. Vuelves a comer y no te pribas de repetir postre. Retrocedes hasta la sombra de tu porche y quizás te eches una siesta a ritmo de ventilador. Vuelves a la playa y esperas la puesta de sol, incluso te animas a hacer un poco el tonto con el yoga. De noche revisas que ha pasado con tus avatares en internet y buscas un sitio al borde del mar donde comer pescado fresco o unos increibles solomillos. Regresas a tu chiringuito favorito y relames el final del día con postres, batidos o yogures. Quizás des un último paseo, quizás enciendas velas en tu porche y leas, quizás te acuestes pronto, quizás alguien se te junte para una superficial charla sobre tu origen y destino.

Todo esto sin calzarte pues la arena llega hasta las escaleras de tu bungalow.

Wednesday, December 27, 2006

Monkey Island.

las 12:30 horas, en algún elevado punto de "Mokey Island", sentado sobre una gigantesca roca que comparto con una familia de miedosas hormigas rojas como traquilamente la fruta de mi almuerzo.

Se puede cruzar desde la playa a la isla andando casi sin mojarte cuando la marea está baja, veremos luego como lo hago para cruzar de vuelta. Me he puesto mis zapatillas que hacía tiempo que no las usaba y he trepado por el primer terraplén que me ha parecido accesible. Casi todo el rato la abundante vegetación te obliga a avanzar casi en cunclillas pero aún así avanzas. Todo es completamente selvático y denso, no hay sendas y avanzao zigzageante y lento. Habré avanzado 200 metros en 1 hora.

Aquí subido a la roca en silencio pareces desaparecer y todo trascurre a tu alrededor sin fijarse en tí. Insectos y pájaros se dejan ver sin temor y la mayor peturbación es provocada por alguna enorme hoja arrojándose al vacío. Es extraño, creo divisar una senda, voy a seguirla.

13:20 horas, creo que he encontrado el corazón de la isla, se le ve viejo y dolorido con muchas heridas aún abiertas pero con fuerza y con ganas de seguir por algún siglo más. Tiene forma de árbol pero está claro que es algo más. Si sigues sus ramas parecen abarcar toda la isla y casi todos los árboles de alrededor no son más que extensiones de él mismo. Sus ramas se convierten en raices y se incrustan en la isla, parece como si la intentase levantar, como si la estuviera sujetando, quizás cuando el árbol muera la isla se unda en el mar. Pequeñas lagartijas me observan mientras tomo estas notas, son las fieles guardianes, espero que comprendan que mis intenciones son pacíficas, si desaparezco y alguien encuentra este cuaderno le sugiero que tenga cuidado con ellas.

Tuesday, December 26, 2006

Palolem: cuarto día.

Las 22:00 horas, en el chiringuito al lado de mi bungalow en el que me he hecho asiduo. El camarero me trae silenciosamente un enorme yogur amargo, me trata educadamente de señor y me mira con una amorosa y amable sonrisa. El mar golpea delicadamente la playa a mis pies es su insistente ansiedad de trepar por ella, siempre vuelve a resvalar y siempre vuelve a intentarlo. Todo es suabe: el sonido de las olas, las pequeñas luces, la arena, el caminar de los pocos paseantes... Manga corta y pantaloneta, hace días que no veo mis chanclas y mi piel enrojecida por el sol se siente adormecida bañada en el aceite perfumado del masaje de esta tarde.

He salido de mi trance paradisíaco por un hora para antender una urgencia del trabajo pero me he vuelto a sumergir inmediatamente en la somnolencia de esta playa.

Cintia se ha ido a seguir recorriendo el mundo. Alberto no ha aparecido en todo el día y Jim aparece de vez en cuando para acompañarme en las comidas. Me cuenta cosas curiosas de su país como que en las calles de sus ciudades no hay perros y no porque se los lleve la perrera sino porque se los llevan a los restaurantes como plato del día.

Hay un barquito de pescadores alejado de la playa que usan como tranbordador para coger uno más grande y lo dejan abandonado todo el día, me gusta nadar hasta él y sentirme naúfrago.

La silueta de la isla de los monos se distingue levemente contra el oscuro cielo. Mañana quiero hacer una expedición en solitario. Hay un pequeño tramo que hay que hacer nadando y no sé cómo podré trasladar mis zapatillas y mi almuerzo.

Monday, December 25, 2006

Navidad.

Cuán suabe y agradable fué la cena de nochebuena. Tenía tanto miedo de salir fuera de mi bungalow y encontrarme toda la gente en grupos riendo y conversando al rededor del fuego y yo tan sólo y tímido. Estuve más de media hora sentado en la playa en la oscuridad mirando a la gente y ,sobre todo, mirando la espalda de una chica de pelo largo que cenaba sola. Se llama Jim, o por lo menos así es como se deja llamar por que su verdadero nombre es impronunciable para un occidental. Ella es una sur-coreana que está de aventura viajando por Asia también sola como yo, pero ninguno de los dos cenó solo esta noche.

Hemos pasado el día de navidad encontrándonos y desencontrándonos, me siento más ligero, más cómodo, ya he encontrado más gente simpática, todos ellos viajan también solos y Palolem se convierte en nuestro puento de encuentro. Arom: un chico de Miami super romántico cuyo corazón se encuentra en algún lugar de Letonia me enseña los ejercicios de yoga de saludo al Sol, Cintia: una preciosa y encantadora brasileña que está dando la vuelta al mundo y Alberto: un aventurero español, el primer españos que me encuentro en estos parajes desde hace más de un mes. Una pequeña porción de este grupo hemos cogido una barcaza de pescadores y hemos ido al atardecer al encuentro con los delfines a intentar nadar entre ellos.

Todo es tan sencillo de repente. Me encuentro tan agusto entre tanto turista agradable.

Sunday, December 24, 2006

Palolem.

Palolem es turístico, muy turístico, todo vive alrededor del turismo, por lo menos la parte que he visitado hasta ahora que es todo lo que bordea la playa. Pero el turismo de aquí es diferente a cualquier otro que haya conocido en las playas españolas, aquí se honra la tranquilidad y la armonía con las palmeras, todo está construido de madera, bambú y mimbre, en los chiringuitos apenas suena la música puede también ser debido a que la mayor parte del tiempo estamos sin luz. La playa se extiende larga y ancha en forma de amplia 'U' y no tienes que luchar con nadie por extender tu toaya, incluso las hamacas están libres pese a ser gratis.

El alojamiento preferido, también por mí, son los humildes bungalows: pequeñas casetas de contrachapado y mimbre forradas con telas. No hay cristales en las ventanas pues estamos en el trópico, el interior es sencillo: una dura y enorme cama cubierta de mosquitera, pues estamos en el trópico, y apenas se distingue una minúscula mesilla. La luz se filtra por el enramado de mimbre y el cuadro tiene presencia de habitación de luna de miel para dos personajes enamorados salidos de alguna novela árabe. Cuán gran desperdicio es que duerma yo solo en ella.

Friday, December 22, 2006

Camino a Karwar.

Me dirijo hacia mis paradisíacas vacaciones de navidad en la playa.

22:20 horas, estación central de autobuses de Bangalore, gente, gente, gente, autobuses, autobuses, autobuses. Un ágil guardia de tráfico dirige los grandes autobuses en caóticos trayectos entre estrechos pasillos organizándolos milagrosamente como si de un enorme tetris se tratara.

El autobús arranca, se detiene, el conductor se vuelve y nos muestra su ágil mirada, sonríe levemente al revisor, los dos saben que comienza una de las más espelucnantes experiencias en la India: un viaje de 14horas en un angosto y caótico autobús nocturno. Apenas tengo espacio en mi asiento para apretar mis piernas contra el de alante. Almenos le he conseguido robar el sitio al chico de la ventanilla pues le he llorado como un niño al revisor para que me dejase enstarme detrás del conductor pero él ha sido severo e implacable. Ajustamos mi hombro para que el sobaco de mi compañero encaje perfectamente en él, mi otro hombro es presionado dolorido contra dos barrotes amarillos que cubren todas las ventanas defendiéndome de vete a saber que ataque, o quizás sea para que la gente no se lance en marcha a la carretera buscando desesperadamente una brizna de aire. No me puedo mover, hay gente de pie y gente sentada en el suelo. No creo que ningún turista haya puesto su culo en estos asientos, no fué mi elección tampoco, simplemente no había más autobuses libres, todo el mundo se está viniendo a Goa por navidad.

El viaje que se suponía de 14horas se ha convertido en 16. Una rata me ha acompañado todo el viaje metida en mi estómago, intermintentemente se movía y me arañaba por dentro, el dolor me obligaba a haceme un ovillo y permanecer así durante minutos. No podía estirar las piernas, no podía moverme un milímetro sin desajustar a mis compañeros. Finalmente ha amanecido, y la rata parecía más cansada. Han pasado muchas horas, aveces conseguía cabecear, dormía sin sueños y despertaba soñando que dormía estirado.

El viaje ha sido tan largo que ya nos conocemos todos: los dos conductores, el de barbas y el de la boca roja por el tabaco que mascan, el revisor que farda de lo bonito que es su pueblo natal, la parja de novios camino a Goa, el estudiante que volvía a casa por navidad...

Durante el viaje hemos visto 3 accidentes, todos ellos camiones, uno volcado, otros estampados de frente y otro que no se sabía contra que había chocado pero que le había destrozado la cabina. En los viajes en autobús que he hecho habré visto 7 u 8 accidentes de tráfico, no en vivo, me refiero a sus restos, algunos de ellos con pintas de haber sido mortales por como habían quedado los asientos delanteros. La gente se suele extrañar y preguntarse cómo es posible que condicuendo tan temerariaamente como conducen haya tan pocos accidentes de tráfico. ¿Será qué son más ágiles que nosotros?... yo os doy la respuesta y ésta es que en efecto hay muchísimos accidentes de tráfico.

Llegamos a Karwar el cuál no es mi destino final, me sumerjo en otro autobús y en otro, viajes de 1 hora que tengo que hacer de pié. La vegetación se vuelve más selvática y al fondo aparece el mar.

Thursday, December 21, 2006

Los videos.

Son cortos, la calidad de los videos de mi cámara es pésima y luego youtube los comprime más aún, por lo que el resultado es una maraña casi incomprensible de pixels.

Además no tienen sonido.

Pero ahí quedan.. por si te aburres :)

http://www.youtube.com/watch?v=H3MaOCUNMa0
http://www.youtube.com/watch?v=vsw6Ru8xAd4
http://www.youtube.com/watch?v=LGHwEIsN0qo
http://www.youtube.com/watch?v=UA19X_qRDiM
http://www.youtube.com/watch?v=AoKNQVGxnj4

Wednesday, December 20, 2006

El día a día.

El día a día transcurre sin emociones ni grandes aventuras. Hace ya tiempo que me he reincorporado a mi trabajo y esta tarea me cubre casi todo el día y parte de la noche. Para poder acercarme al horario de oficina de Madrid debo ajustar mi reloj y saber que cuando allí son las 18:00horas aquí ya son las 22:30horas.

El mayor espacio de tiempo libre lo tengo por la mañanas y lo bien-gasto haciendo un poco de deporte. Cruzando en bici todos los días la terrorífica autovía hasta el otro lado de AirportRoad y acudiendo a las satisfactorias torturas que Josu, mi entrenador, me impone. También he encontrado un sitio donde jugar al baloncesto.

Me levanto, me peleo con los sirvientes de la casa que nunca tienen mi desayuno preparado, acabo haciéndomelo yo. Aveces la pelea es mayor y no hay gas o no hay leche. No te preocupes, no son peleas de verdad, ya no me desesperan estos contratiempos. Reviso mi email rápidamente, y pedaleo hasta el gimnasio, la gente ahí es simpatiquísima y me río mucho. Sudoroso y extasiado vuelo hasta un 'SubWay' cercano y almuerzo cualquier bocadillo vegetariano que me aconsejen. Sólo me queda tiempo para ducharme y sumergirme en la seudo-oficina que es mi cuaderno y mi portatil.

Por eso, amigo mio, no verás que los textos en este blog sigan multiplicándose al mismo ritmo que hasta ahora. Pues las aventuras y emociones se dilatan a partir de ahora. Ya me he acostumbrado a muchas de las sensaciones de este país y las he digerido de tal manera que ya no me sorprenden.

Adelanto que tengo un billete para un viaje de 11horas en el autobús más poco confortable de los existentes hacia mi destino en navidades: una playa tropical en GOA :).

Monday, December 18, 2006

Las fotos (y II).

Otra pequeña tandada de fotos:

http://www.flickr.com/photos/d2clon/sets/72157594424780662

Los más sutiles ya os habreis percatado de que mi cámara vuelve a funcionar, pues así es. Estaba en la tienda preguntando si arreglaban estas cámaras y me dice el bigotudo encargado: "Qué es lo que le pasa?" y yo, dándole al botón de encendido, le digo: "Pues que cuando la enciendo no sale el objetivo." y vá, delante nuestro y el cabroncete del objetivo aparece con un pequeño silvido de motorcito.. Osea que le dije, "nada, nada" "ále, namasté" :)

No os creais que está muy fina, y aveces hay que estirar un poco para que el objetivo salgo del todo, pero bueno, sigue aguantando.

Sunday, December 17, 2006

Carretara y pueblos.

En el camino de vuelta atravesamos pequeños pueblos que se amontonan a los costados de la maltrecha carretera. Son pueblo humildes. Algunos pueblos tienen máquina para separar el arroz de la paja, pero en estos extienden las plantas secas en la carretera y el tránsito de coches y demás vehículos hace el resto. Pequeñas plantaciones de palmeras cocoteras nos miran sin saludar. Intermitentemente aparecen morenos paisanos de enegrecida camiseta y machete en mano que nos tientan mostrando efusivos sus sabrosos cocos de agua, deliciosa fruta que abren delante tuyo demostrando maestría y muy poco apego a las estremidades de sus manos. Se sorbe el agua de sabor sutil y fresco interminablemente, después le devuelves la verde fruta al espadachín para que te la abra de dos golpes certeros y te rebañe su gelatinosa carne blanca. Todo ello por 10 rps.

La visita al parque me ha dejado un excelente sabor de boca. Los cortos safaris en autobús no han sido muy afortunados pues no nos hemos encontrado con la gran atracción que hubiese sido ver al León. Pero nos ha dado tiempo de interrumpir estrepitosamente la merienda de una encantadora familia de elefantes salvajes. Nos miraban sin inquietarse, pero se notaba como el padre, sutilmente, se iba interponiendo entre nosotros y la pequeña cría dispuesto a cualquier cosa si hacíamos algún movimiento en vano.

Vuelvo a Bangalore, a mi apartada casa, apartada de todo excepto del riudo de la carretera y el estrépito de los aviones. Me doy cuenta de que mi desesperación con India es sólo con sus ciudades, sus horribles e irrespirables ciudades.

Saturday, December 16, 2006

Bandipure.

Las 15:00 horas, Bandipure, sentado sobre la hierva, hace rato que observo a un elefante domesticado comiendo ramas de árbol. Sus movimientos son lentos y perezosos pero de un vigor estremecedor. Los monos me observan a corta distancia esperando la ocasión de robarme algo. Un pequeñe bambi se aleja entre la maleza. No hay ruido, no hay bocinas, sólo gruñidos y graznidos.

He conocido a Prier, es quién me ha sacado de la habitación para que conociera al elefante, insiste en que le acompañe a todas partes, no habla nada de inglés y su expresividad no es suficiente para saber que será lo próximo que me quiere enseñar. Ahora son los bambús destrozados por los elefantes salvajes, ahora rompe altos castillos de termitas para mostrarme el oscuro interior donde les gusta dormir a las serpientes venenosas.

He acabao trepando por los árboles como hacía tiempo que no podía hacer. Árboles magníficos para trepar, con enormes ramas a baja altura que crecen casi paralelas al suelo. Ideales para construir la tan soñada por todos casita del árbol.

Las 19:30 horas, hace casi dos horas que llevo recostado en lo alto de un árbol, los ciervos me rodean y me ladran con un sonido mitad de cachorro de perro mitad de viejo cuervo. Antes del anochecer ya estaban debajo mío. Son como 30, marrones, con pintas blancas, algunos con astas otros sin ellas, grandes y pequeños. No me temen, más bien me amenazan. Me esfuerzo en imaginar que estoy perdido en la selva y que mi habitación no se encuentra a un escaso kilómetro de mi árbol. Agudizo el oido para intentar sobrepasar el sonido de las hojas al viento y los gruñidos de los ciervos. Hay un avispero de animales salvajes ahí fuera. No quieren hacerme daño pero protegerán a sus crías con su vida ante cualquier duda de agresión, y, luego, preguntarán.

La noche sin luna me acurruca en sábanas de estrellas, el árbol me mece y las hojas me cantan. Por qué entonces esta inquietud, esta ansiedad que no me deja fundirme y disolverme. Es por que soy un extraño, por que no pertenezco aquí, ni al bosque ni a Bangalore ni a la India.

Un pequeño barrio de Mysore.

Sábado, las 06:00am espero en el camino de tierra enfrente a mi casa a que aperezca el coche que me llevará a Bandipur, una parque nacional reserva de animales salvajes a 200km de Bangalore.

NOTA PARA EL VIAJERO:
El viaje son más o menos 500km entre ida y vuelta. Me va salir por:
* 4.500 rps el coche con conductor.

Si sobre paso los 500km, me cobrarán 8rps por kilómetro.
FIN NOTA PARA EL VIAJERO.

El viaje me va a salir un poco caro, y en autobús puede salir por unas 10 veces menos, pero de este modo me ahorro tropecientos trasbordos entre rickshaws y autobuses y además tengo un guía que habla 3 lenguas hindúes que me hará más fluidos los trámites, imprescindible si sólo tengo 2 días y no quiero perderlos en continuas confusiones y caminos sin salida.

Mysore, las 09:00horas, la oficina para reservar la habitación en el parque abre a las 10:30horas por lo que el madrugón ha resultado inutil, sin embargo me alegro de haberme regalado esta larga hora pues en el camino hasta aquí hemos atravesado mágicos barrios de color y de forma refleja no dudo ni un segundo en adentrarme en ellos cámara en mano para intentar extraer en imágenes solidificadas las sensaciones de una inmersión en estas callejuelas.

Es temprano, hombres, mujeres y niños empiezan el nuevo día lavándose en la calle, fregando y haciendo la colada al más puro estilo de novela de castillos. Las fuentes están en la calle y se convierten en punto de encuentro matutino, en inicio en final de la vida, donde rellenan los cántaros y vuelcan el agua sucia. La ropa, las ollas, los cuerpos, todo húmedo y rejuvenecido se muestra al sol para que lo seque.

Todo el mundo me sonríe al pasar y se turnan delante de mi cámara para inmortalizarles. Esta gente lejos de sentirse ofendidos por la indiscrepción de mi cámara te insisten interminablemente en posar para tí. El barrio está sembrado de pequeñas casas, pequeñas calles y callejones aún más pequeños. El interior de las casas es oscuro y angosto como madrigueras de seres del bosque. Me paran para que me siente y coma con ellos una especie de panes blancos y lechosos ahogados en salsa picante, me enseñan sus monedas exóticas y se enfadan por que no quiero comprarlas. Todo el mundo me saluda, les encanta que les diga algo.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Si quieres dormir en el parque tienes que hacer la reserva de anticipado en Bangalore o en Mysore.
FIN NOTA PARA EL VIAJERO.

Los mendigos.

Mientras escribo estas líneas un mujer de desgastados rasgos y ácida risa lleva cinco minutos dándome golpes en la rodilla para que le dé algo de limosna. No acostumbro a ceder ante la insistencia de sus peticiones, sé que para mí 10 rps no son nada pero no me agrada el gremio que se ha consolidado entorno a la mendicidad.

He oido historias de niños que se cortan (o les cortan) los dedos de la mano para dar más lástima, o madres que drogan a sus bebés para que aperenten enfermedad, por supuesto que estas historias son completamente falsas pero no deja de ser cierto que mucha gente vive de la mendicidad por que les resulta más fácil obtener dinero así que trabajando. También es cierto que hay mucha gente que no tiene otra opción que la mendicidad, pero no creo que sean los niños ni las mujeres completamente sanas.

Me encantan sin embargo todos los vendedores y vendedoras de cacahuetes, fruta, zumos naturales, arroz inflado, plátano frito, maiz, ... Me encanta consumir de sus ofertas y no me corto en darles propina.

Creo que soy una persona más de propinas que de limosnas.

Recuperando el aliento.

Las 20:30horas, estoy en el chiringuito de mi barrio, justo en la entrada al mismo desde Inner Ring Road, la inóspita carretera de indefinidos carriles que tengo que cruzar a diario para ir a cualquier parte. Las enormes hormigas rojas trepan por el cuenco metálico que contiene mi chai ya casi frío, los perros pelean en la calle de tierra, los coches se pelean en la de magullado asfalto y los aviones parten el mundo en dos descendiendo hacia el aeropuerto a poco más de 500metros de mí.

Ya empiezo a sentirme un poco más agusto, ya sé dónde están las cosas, ya sé dónde puedo comer algo que no pique como demonios, dónde tomar un té de vuelta a casa, dónde hay un supermercado... Ya navego por las carreteras con mi frágil bici sin miedo a un ataque al corazón a cada pedeleada.

Saturday, December 09, 2006

Esto es un infierno.

Los ruidos, la polución, la basura, lo hecho polvo que está todo, sus inmanejables bicis, la tiranía del tráfico, lo asfixiante de sus ciudades, los apagones en mitad de mi trabajo, las malditas especias, sus bocinas, el ridículo inglés que me está haciendo perder el poco que yo tenía.

Hay paises en lo que "está todo por hacer", aquí, sin embargo, una vez se hicieron las cosas pero al cabo del tiempo, gracias a una abundante cantidad de dejadez y falta de detalle, todo se ha ido pudriendo y derrúmbandose. Hubo bonitas casas que ahora muestran envejecidas el cemento bajo la pintura. Una vez los autobuses fueron relucientes y ahora se amontonan la colillas y los escupitajos en los rincones y los restos de vómito en los marcos de las ventanas. Una vez hubo pasos de peatones de los que ahora todo el mundo se ríe. Una vez hubo zonas verdes que ahora están valladas y sólo los plásticos y demás basura puede entrar. Una vez hubo carreteras asfaltada, ahora son un arcade de esquivar baches.

He estado en el museo tecnólogico y me ha dado mucha pena ver como la mitad de las maquinitas no funcionaban, algunas se mostraban claramente como los cables se habían desprendido, en otras faltaban piezas, y en otras no se podía ver a través de la mierda del cristal. No entiendo como la capital tecnológica de India muestra a sus jóvenes generaciones esta impresión de la tecnología. Si yo hubiera venido aquí de pequeño me habría apuntado a letras puras en cuanto me lo permitieran.

Las 13:00 horas, estoy bebiendo agua del grifo, me han dicho que está purificada y me muestran un siniestro aparato atado al grifo que parece sacado del muestrario de algún engañabobos vendedor de los tiempos del lejano Oeste. Como me ponga malo les voy a dar una patada en el culo.

Thursday, December 07, 2006

El caos en bici.

Los chicos del hotel necesitan un técnico de redes que les mire que pasa con maraña de routers wi-fi, mientras tanto me tienen a mí que me he pasado dos días a vuelta con los cables ethernet y los modems. Al final todo ha sido en vano, conseguimos que funcionase abajo pero el aparatito que amplifica la señal en el piso de arriba no ha querido funcionar.

Me mudo a mi nueva casa y me encuentro con que internet todavía no está activa, que vendría hoy.

Las 18:00 horas, tomando café en uno de los poco sitios donde puedes encontrar uno decente al que no le hayan echado el azucar de antemano. He venido al centro desde mi casa en el moto-rickshaw más loco de la ciudad. Varias veces he tenido que hacer amago de tirarme en marcha cuando el joven conductor se empeñaba en soltar el monillar y hablar conmigo sin mirar a la carretera. Tenía 2 enorme altavoces atrás de los que emanaban saturadas notas grabes techno que hacían vibrar todo y animaban al conductor a dar saltos en su asiento.

Me he comprado una bici (1.350 rps). Un clásico, una Hero-Jet de pesado hierro y frenos de engranajes (sin silga). El vendedor me ha dicho que sus anteriores dueños eran los monjes de su templo. Buen karma¡. La experiencia de conducir una bici en esta ciudad supera en 3 puntos la tensión y el miedo de los viajes en autobús. La bici se tiene que comportar como cualquier otro auto y por ello tiene que cruzar todos los carriles si quiere hacer un cambio de dirección haciendo inmersión en el caótico tráfico lleno de humo y pitidos. O trepar por los enormes puentes de cuatro carriles si esa es su dirección. Toda tu vida depende de 5 centímetros que son los que te separan de los camicaces autos: motos, rickshaws, turismos, autobuses, camiones.. Chupas carbono oxidado directamente de los tubos de escape y las normas de tráfico sencillamente no existen, si quieres pasar un cruce debes imponerte y hacer que los dema se paren para no atropellarte.

Sigo buscando mi Ohm de elevación espiritual intentando estar relajado en todas estas situaciones con las que me obliga a convivir este país.

Wednesday, December 06, 2006

Las fotos.

Por fín he conseguido subir una buena tandada de fotos:

http://www.flickr.com/photos/d2clon/sets/72157594412153589/

También por fín he conseguido romper la cámara, pensé que se me resistiría, pero no.. ya no arranca. Desde que la llené de arena del Ganges no ha vuelto a ser la misma. Ahora el objetivo parece atrancado y hace ruiditos como que quiere salir.. pero no puede.

Tuesday, December 05, 2006

Ya tengo casa.

20.000 rps/mes. Es algo menos de lo que pago en Madrid, para un alquiler medio en India es una exageración pero no aquí, en la ciudad de los ejecutivos. Las habitaciones baratas vienen a costar entre 2.000 rps y 8.000 rps, compartíendala con otro chico. En los precios se suele incluir la comida, la colada y la limpieza de la habitación. La mía es de las más agradables pues sólo comparto la casa con otras 2 personas y tengo acceso al salón y a la cocina, me muero por hacer una paella o una tortilla de patatas. Por no querer compartirla y tener la habitación extra me va a salir por más del doble. Aún así dentro de mi presupuesto europeo. El encargado de la casa me va a poner una conexión a internet y me va a traer un escritorio y una silla.

Me voy a sentir un poco raro y me va a costar acostumbrarme a tener 3 chicos todo el día dando vueltas por la casa limpíandolo todo, llamándome señor y preguntándome que deseo. Pero lo que más me preocupa es lo que me va a costar desacostumbrarme a mi vuelta a Madrid.

Monday, December 04, 2006

Mil y una veces perdido en Bangalore.

Una larga jornada visitando casas y paying guest houses. Horribles conversaciones teléfonicas en las que me sentía como un verdadero idiota rogándoles mil veces que me repitieran las frases que era incapáz de descifrar, pensaba que era mi torpe inglés, o quizás su extraño acento, y algo de esto tenía que ver pero el verdadero problema era que mi maleado nokia tenía tocado el altavoz y convertía las voces en atormentados gruñidos de lata.

Una dirección de Bangalore puede ocupar 6 líneas, por ejemplo:

4/102 2nd Main, 2nd Cross
Tavarakare
Main Road
Brinadvan Nagar

Opposite Fourm.
Behind Oracle.

Entre todo este lío tenemos: la zona, el barrio, el bloque de casas, la calle y el número exacto y siempre hacen falta un par de referencias de edificios cercanos. Nadie sabe dondes una calle está. Ni siquiera los conductores de moto-rickshaws, ni siquiera el oficial de la oficina de prepago. Se pueden hacer una pequeña idea gracias a la zona, pero una vez allí deberán preguntar varias veces a los paisanos para ir acercándose en forma de espiral cada vez más. Justo antes de llegar hay que hacer una llamada a quién te dió la dirección para que hable con el conductor y consiga darle el último empujón. No es que me haya pasado una vez, me ha pasado como siete veces en dos días. Menos mal que aquí puedes ir a cualquier sitio de la ciudad por menos de 60 rps.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Los moto-rickshaws pueden calcular el precio de 4 maneras:
1) Montándote y al final de la carrera te dicen cuanto es. Nunca coger esta opción.
2) Negociando el precio antes de partir. Si al final das unas pocas vueltas tendrás que pagar algo extra.
3) El taxímetro que llevan (meter). En realidad es siempre la opción más barata, pero deberás confiar en la buena voluntad del conductor y que no te dé mil vueltas de reconocimiento antes de llevarte a tu destino.
4) Las oficinas de prepago. No sé si hay muchas en la ciudad pero cerca de mi hotel hay una, vas, le dices la dirección y te dá un papelito con el precio al que el conductor debe ajustarse. Mismo comentario que en la opción 2.
FIN NOTA VIAJERO.

Sólo una de las paying guest house me ha convencido y es que era perfecta, con una habitación dormitorio y otra adosada que puedo convertir perfectamente en mi oficina temporal. Aquí la gente acostumbra a compartir habitación, mis costumbres de señorito me van a salir un poco caras.

Sunday, December 03, 2006

La búsqueda continúa.

Unas cuantas llamadas y visita al primer piso. La experiencia no es diferente a las que ya he tenido en otras ocasiones en la misma situación en Madrid. El barrio era algo extraño, un salpicado de casitas estilo duples entre pequeños bloques de casas bastante humildes. Los habitantes del piso eran simpáticos, unos cuantos adolescentes gorditos empleados de grandes compañías de tecnología, incluso había uno que trabaja en algo que ver con Linux. Es dificil encontar a alguien que tenga una leve idea de Linux, Bangalore es la ciudad Microsoft, en los anuncios de cursos de progamación siempre aparece primero .Net y luego Java.

Una cosa curiosa que me han explicado y no me llego a creer es que si solicitas una conexión a internet en tu casa la tendrás activa en un par de días. La vida de Bangalore se alimenta de mamá internet.

Son las 17:00horas, tomo un delicioso capuchino en un bar de jazz cuyo nombre me hace sentir cómodo "Java City".

Son las 20:30horas, vengo de ver otro piso, este era más caro, pero el verdadero problema es la fianza: en todos los pisos piden una fianza de 10 meses lo cuál puede llegar a ser de más de 1.000 euros si te descuidas. El habitante de la casa ha sido encantador y me ha comentado algunos trucos para culminar mi búsqueda en un par de días. En primer lugar me ha apuntado 2 periódicos que tengo que comprar: Free-Ads y Ad-Mag donde encontraré más de 1.000 anuncios de Paying Guest Houses que me ha dicho es lo que tengo que buscar y no un piso compartido, pues como mi estancia es corta no merece la pena pagar esas fianzas. Las Paying Guest Houses son como los pisos compartidos pero gestionados por empresas o propietarios que se encargan de acomodar a la gente y contratar a los sirvientes.

Lo de los sirvientes puede que asuste a más de uno que esté leyendo esto pero aquí en Bangalore, y no sé si en el resto de India, todo el mundo tiene sirvientes en casa, todo el mundo menos los sirvientes, por supuesto. Aquí nadie cocina ni limpia. Hay tanta gente tan sumante pobre que es sumante barato contratarlos para hacer las lavores domésticas. En realidad hay sirvientes allí donde mires, en toda la ciudad: en los ascensores como ascensoristas, en las puertas de los portales como seguratas sentados en sillas, en las tiendas que te abren la puerta, en todas partes te apartan la silla para que te sientes, en los bares y restaurantes hay una media muy elevada de camareros por cliente. En esta última casa me ha sorprendido la cantidad de seguratas que he conocido, he sido pasado como un testigo de una carrera de relevos hasta que el dueño de la casa me ha abierto la puerta. Hay que decir que todos estos seguratas tienen pinta de ser muy rápidos quitándose el uniforme y salir corriendo en cuento se huelan problemas.

Saturday, December 02, 2006

La dura búsqueda de casa en Bangalore.

Esto está siendo realmente complicado, no son muchos los anuncios que he encontrado de pisos compartidos, y menos aún los que las habitaciones estén amuebladas y si sólo nos quedamos con los que tienen internet entonces sólo nos queda uno: el pesado de Vasu que ahora no me contesta a los emails.

Estoy debil, demasiados viajes, demasiado poco comer, demasiado estress por que se me acaba el tiempo para tener que empezar a trabajar, demasiada descomposición y encima tengo una especie de picadura detrás de la oreja que me preocupa, si el lunes sigue con esa mala pinta deberé buscar un médico.

Ayer conocí a una simpática americana que llevaba 6 meses viajando por Asia. Trabajaba de profesora en Tahilandia, iba a quedarse 2 días por Bangalore y no pude quedar con ella para turistear por todos los cabos sueltos que aún me quedan por atar.

Las 18:00horas. Ya he conseguido conectarme a la Wi-Fi del hotel, las cuestiones tecnológicas algunas veces pueden volverse una odisea cuando al botones le dices que no me llega la señal y te enchufa el cable de la corriente por que se piensa que es eso a lo que te refieres y cuando después de toda la mañana descargándome el correo en la repisa de recepción consigo convencerles de que lo que creo que pasa es que el router de mi planta está desenchufado resulta que no sólo estaba desenchufado sino que no tenía cable de corriente.

Las 24:00 horas. Caminando por las anchas, oscuras y ruidosas calles de esta ciudad he parado en un chiringuito donde un anciano con barbas cantaba con voz demasiado aguda. Ahora todo ha cambiado de color y veo mucho más factible encontrar habitación, sólo necesitaba un poco de intimidad frente a internet. He encontrado un par de páginas dónde hay muchos más anuncios, casi todos para 'ladies' pero tengo unos 5 teléfonos a los que llamar mañana.

Friday, December 01, 2006

Bangalore.

Las 12:00am, espero en el aeropuerto doméstico de Delhi a que abran el check-in de mi vuelo a Bangalore. Después de 15 días sumergido en este ciclón de imágenes, sonidos, encuentros, separaciones, hoteles, viajes... estoy un poco cansado, aunque puede parecer lo contrario, no soy de naturaleza viajera, me gusta hacerme mi madrigera y no alejarme mucho de ella. Necesito mi castillo, mi pequeño hueco al que poder acudir en busca de rogimiento. Necesito, porfín, poder deshacer mi mochila por completo y sentarme en mi mesa con mi silla.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Hay dos aeropuertos en Delhi: el internacional y el doméstico. Los vuelos nacionales suelen salir del doméstico pero algunas compañías lo hacen desde el internacional, osea que mejor preguntais claramente de que aeropuerto sale vuestro vuelo.
FIN NOTA VIAJERO.

Viajo ahora a Bangalore, que en absoluto debe de ser la ciudad de la paz y el sosiego que esperaba encontrar en este viaje, pero tiene parques y tecnología, dos cosas que me encantan. Por el momento voy directo a un hotel con conexión Wi-Fi en las habitas, he hecho una reserva por 6 noches a 36euros/noche. Espero encontrar un piso con compañeros pronto, tengo un par de contactos con los que quiero quedar estos días para ver sus casas y ver si me puedo alojar con ellos. Ninguno de ellos tiene que dar a una calle principal, no podría soportar más noches despertándome de madrugada al grito de bocinas de autobuses, yo, que nisiquiera me despertaba con las obras de Tirso de Molina bajo mi balcón en Madrid.

Las 20:00horas, pienso comer en un PizzaHut. Tras un viaje que se suponía de 2 horas y hemos estado 4 metidos en el avión he llegado a Bangalore. Todo se ve igual, pero, si te fijas bien, hay pequeños detalles que lo diferencian: las calles están sucias pero se echa de menos esos adornos de montículos de basura orgánica en descomposición, incluso he creido ver un barrendero con lo que parecía su uniforme de faena, los retrovisores de los coches no están arrancados y loa rickshaws los llevan por fuera, las matrículas están limpias y se pueden leer, entre los típicos chiringuitos se turnan tiendas con grandes escaparates acristalados. Y, lo más sorprendente, hay aceras.

Mi hotel no es tan señorial como su precio me había hecho imaginar, pero todo está tan limpio que no me da miedo andar descalzo, ni apoyarme en sus almohadas. Hay internet, otra cosa es que sea capaz de conectarme con mi linux a medio configurar.

Me he encontrado en una situación extraña que en un primer y temible momento parecía un estúpido callejón sin salida: le he dado de propina al taxista que me ha traido al hotel las últimas 50rps que tenía cambiadas, la traviesa de mi tarjeta no me quería dar dinero, osea que no tenía dinero ni para llamar a Éspaña a que vieran que pasa con ella. Al final las 900 rupias nepalís que aún me quedaban me han salvado la vida.

Thursday, November 30, 2006

De vuelta en Delhi.

08:00am, de nuevo en un interminable viaje de más de nueve horas en otro jubilable autobús indú. Me siento detrás del conductor, aquí se tiene una buena vista de los abominables adelantamientos y hay un buén hueco para estirar las piernas. Esta vez el conductor parece estar encendido. Lleva un pañuelo atado a la cabeza, en el retrovisor veo sus ojos moverse intranquilos, sus dientes asoman entre los labios, el claxon huele a circuito quemado de tanto usarlo. Nadie nos adelanta, a todo adelantamos, a nadie que le hace señas para para recogerlo, parece que he tomado el expreso.

Aún con esta sensación de extrama velocidad nuestra media hasta Delhi ha sido de 35km/hora, los últimos 20km nos ha costado más de una hora de bocina.

19:00horas y aquí estoy de nuevo como si nada hubiera ocurrido, como si Rishikesh, las israelies, Nepal, la noche vomitando, los interminables viajes en bus... sólo hubiesen sido flashazos de un sueño. Estoy en mi terraza favorita en Pahar Ganj, en el Club India, esperando mi plato de pasta con tomate, he cogido un poco de abersión a la comida india después de la mala digestión del otro día y durante todo el viaje salivaba pensando en un plato de pasta al dente con boloñesa. No he pedido boloñesa por que no quiero jugármela con la carne pero, casi casi, voy a satisfacer mi fantasía del viaje.

Aquí, en Main Bazaar, rodeado de turistas y de nativos acostumbrados a los turistas me siento extrañamente protegido, como en casa, he negociado ágilmente el trato con el rickshaw, con el del cambio, incluso con el del hotel. Todo sigue donde estaba, y me doy cuenta que los ruidos de los cláxones apenas se oyen, estaré volviéndome sordo o es que 2 noches durmiendo frente a la estación de buses de Mahandranagar me han inmunizado al suabe trinar de los vehículos de Main Bazaar.

La pasta esquisita, ahora me voy a arriesgar con un lassi de plátano.

04:00am, Pink Floyd a toda pastilla en algúna ventana del callejón.

06:00am, una alarma se desintegra después de haber estado sonando durante 20 minutos, aún se oye el motor zumbando.

Wednesday, November 29, 2006

La tripa.

Son la 07:30am, espero en la entrada de mi hotel para poder darle a mi guía la mala noticia de que no voy a poder ir con él de safari a Suklapanta, me encuentro fatal de la tripa y no he podido dormir en toda la noche no sólo por las veces que me he levantado a vomitar sino también por la obsesivas pesadillas que me han acompañado en los cortos parpadeos de sueño. Le doy 100 Nrps por las molestias y se despide preocupado.

La noche ha sido horrible, he echado por el water todo lo que comí ayer: los garbanzos negros con verduas, los huevos duros, la shamosa con alubias picantes, la patata rebozada, la fruta y la media docena de chais. Ha sido mi primera experiencia digestiva desde que he venido, mi bautizo, y es que estaba empezando a relajarme demasiado, un poco más y empiezo a beber agua del grifo.

Me he quedado sin parque y sin tigres. Estoy pensando en cruzar de regreso la frontera esta noche y no arriesgarme a que me digan nada por haberme pasado un día más de mi visado, total, me encuentro debil, no puedo ir al parque y no tengo fuerzas para recorrer de nuevo los parajes con mi bici, no merece la pena quedarme. Dormiré en Banbassa (India) y partiré mañana hacia Delhi donde me espera un vuelo hacia un intento de estabilidad.

Recupero un mínimo de energía con una ducha de agua fría y una sopa y me absorve el autobús que me lleva a la frontera. En el puesto de inmigración el mismo personaje de las 'donaciones' del otro día. Esta vez consigo contener mi 'generosidad' haciendome el longuis y haciendo como que no entendiendo su floreada explicación de la donación.

Las 05:00 am, en un mugriento hotel de Banbassa donde seguro que habitan latentes miles de investigables bacterias entre las almohadas, un puesto de la calle castiga a los que se pueden quedar acostados un poco más con su estridente música que se clava en mi cerebro cabreado por tan agresiva extracción de su fase rem. No entiendo el poco respeto que tiene esta gente por el silenco y menos aún como nadie dice nada.

Tuesday, November 28, 2006

Paz en Nepal.

Por fín he encontrado los territorios alejados de pisadas de turistas, silenciosos y profundos, aquí, en Nepal, a 5km de Mahandranagar en dirección hacia la reserva de animales salvajes Suklapanta.

He alquilado una vieja bici (100 Nrps/día + 1000 Nrps de fianza) y he puesto rumbo al sur, atravesando caminos de tierra bordeados de humildes casas de paja y barro. Mucha gente se cruza en mi camino montados también en sus bicicletas y ciclomotores, me miran pasmados, vuelvo a ser la estrella del rock que fuí en Old Delhi. Si en Old Delhi no había otro turista en 200m a la redonda aquí no creo que lo halla ni en 20km.

El ingles de esta gente es aún mas duro que el de los indús y su hospitalidad más agresiva.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Las rupias indúes son aceptadas con alguna queja, pero aceptadas al fin y al cabo. Hay que tener en cuenta que te hacen el cambio al vuelo, que viene a ser dividir el precio en Nrps por 1.60 para saber el precio en rps.
FIN NOTA PARA EL VIAJERO.

Son las 17:35horas, justo la hora de la puesto de sol, los mosquitos hacen cola a mi alrededor y temo que mi crema protectora no sea lo suficientemente persuasiva. Estoy en las gradas de un gigantesco campo de futbol medio en ruinas, los chicos gritan tras la pelota, las bocinas de lo autobuses se oyen cercanas. Degluyo plátanos y mandarinas, la fruta es tan deliciosa que puedo comerme 10 plátanos de una sentada sin esfuerzo.

He pasado el día más soñado que podía tener. Mi bici me ha permitido adentrarme en las profundidades de los pueblos. Huertas, canales, bosques, ríos, caminos de tierra. La vida fluye pausada, tranquila y densa. Todo el mundo te observa fijamente y se ilumina en una sonrisa si les saludas con uno de sus gesticulados 'namasté'. Aquí la gente vive de la tierra, ara los campos tirando de enormes vacas cuyo nombre me han dicho 30 veces y aún no me lo he aprendido (creo que es 'yack'). No puedes pasar un rato sólo, enseguida te verás rodeado de numerosos curiosos que se acercarán poco a poco hasta que el más lanzado te saludará. Los niños sólo quieren reirse, los adultos sólo saludar y los adolescentes querrán ser tus amigos de por vida.

Navendra me ha llevado hasta un enorme puente de hierro del que están todos muy orgullosos. Me ha preesntado a tíos y amigos y me ha llevado a su casa a conocer a su familia. Sus ojos eras tristes y envidiosos de mí, lo que no sabe es que es unos de los seres más afortunados de la tierra, todos en el pueblo son sus amigos, las casas de su alrededors están habitadas por su familia, el agua fluye por sus campos. la temperatura es templada incluso en inviernto, la tierra vominta sus frutos todo el año, sus futuros hijos corretearán descalzos por los caminos y jugarán entre animales y ríos e irán a la escuela en bicicleta. Como todas las gentes que viven pisando la tierra están hipnotizados con la falsamente maquillada 'calidad de vida occidental'.

Me ha presentado a su tío que es profesor en una de las numerosas escuelas cercanas y no he podido rechazar la invitación a ser el animal de feria de sus alumnos. Los niños revolotean de excitación, sonrientes a mi alrededor y todos quieren que escuche su "hello¡", se tapan la boca sin poder aguantar la risa cuando me hecho la manos al pecho he intento pronunciar un "namasté¡".

Agotado de tanta hospitalidad, no acostumbrado no se puede digerir, me echo solitario a la sombra de un árbol apartado intentando desaparecer por un momento. No pasan 5 minutos cuando dos pequeñas ninfas me saludan a lo lejos y me hablan con un perfecto inglés. Están orgullosas de que haya elejido su jardín para reposar y se extrañan de verme solo. Me preguntan ansiosas si necesito algo: comida, agua, té... Al final, no sé cómo, acabo en su casa rodeado de toda la familia.

Tío y padre me observan sentados estilo indú, madre se mantiene a mi costado después de trarme un chai, niñas, siempre sonrientes, enfrente mío me traducen las pregunas de los demás, niños pequeños corretean impredecibles. El abuelo tose y fuma de una especie de 'silum'. Gatos, vacas, cabras. Me muestran orgullosos su jardín de mango ahora dormido y también sus bananeros. Soy como un ser de otro planeta que ha aterrizado en la más hospitalaria de las tierras donde todo el mundo se siente feliz de satisfacerte e impaciente por mostrarte.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Cualquiera de estas gentes se habría sentido encantada de alojarme es su casa por unos días, puede ser una bonita experiencia si tienes posibilidad y tiempo.
FIN NOTA VIAJERO.

Son las 19:00 horas, de nuevo en mi hotel, el culo se me queja y las palmas de las manos también, espero estar recuperado mañana temprano pues entre los caminos de esta mañana he aceptado la propuesa de un chaval que quiere hacerme de guía por Suklapanta donde se supone que hay hasta tigres, espero sinceramente no encontrame con ninguno.

NOTA PARA EL VIAJERO:
La entrada a la reserva vale 500 Nrps, los servicios del guía me van a costar otras 500 Nrps.
FIN NOTA VIAJERO.

Dentro de una hora todo estará cerrado. Un apagón nos deja a oscuras, la buena noticia es que el hotel tiene generador, la mala es que está debajo de mi balcón.

Monday, November 27, 2006

Por fín en Nepal.

Son las 06:30am, he desayunado en un puesto de la calle un chai y un par de pasteles locales, espero en lo que se supone es el autobús a Banbassa, el último pueblo hindú antes de la frontera. La gente tirita de frío y no es para tanto, yo llevo un jersei sobre un mísero niki de manga corta, los demás se cubren con gruesos jerseis y pesadas mantas hasta la cabeza.

Son las 19:00 horas, hemos tardado 12 horas en llegar a Mahandranagar, el primer pueblo nepalí después de la frontera. El viaje en autobús es largo pero llevadero. Momentos el autobús estaba lleno hasta los topes, momentos la chica nepalí a mi lado cabeceaba sobre mi hombro, momentos reñía la gente por cosas incomprensibles para mí, momentos el autobusero ayudaba a un colega que se le había roto el autobús y había asubir al nuestro a todo el mundo. He comido 'chelo' (o algo así), una comida picante a base de algo parecido a garbanzos hervidos y servidos en el típico plato hecho con hojas secas moldeadas, cacahuetes, tostados delante tuyo en cuencos con arena caliente, y zumo de mandarina ácida que le echaban sal y azucar, yo no quería que le echaran nada pero me han insistido en que lo pruebe, el efecto tiene su punto.

El último tramo desde Banbassa (India) hasta Mahandranagar (Nepal) hay que hacerlo al trote de bici-rickshaw, es el cruze de la frontera, deberás coger un bici-rickshaw para la parte india y otro para la parte nepalí, entre medias: dos controles de aduanas que no son más que simple papeleo, bromas, foto, 30 euros y 'propinas'.

Hice el cruce de frontera a las 18:00 horas, ya oscurecido, viajar de noche en estos frágiles e invisibles vehículos es aún más termerario que los viajes en autobús. Me han vuelto a hacer sentir como un gran sultán llevándome en este carro a pedales por carreteras, caminos y puentes. Te cruzas con innumerables carros a caballo habitados por exóticas familas nepalíes que te saludan alegres.

NOTA PARA EL VIAJERO:
El bici-rickshaw de Banbassa al borde nepalí me ha costado 100rps, aunque estoy seguro que se puede hacer por 50rps, aunque es bastante largo y es justa la propina. Tienes que insistir que te lleven hasta el borde nepalí y no hasta el indú donde tienes que rellenar unos papeles, pues entre los dos bordes hay una pequeña caminata.

En el borde nepalí tienes que hacerte el visado, que, según me han dicho, son 30 dólares, (espero que me hagan bien el cambio en euros y no me hagan la cuenta la vieja: 30dólares=30euros), y si llegas tarde (más allá de las 18:00pm), como me ha pasado a mí, deberás volver por la mañana a eso de las 07:00am.

Se puede conseguir un visado gratis válido sólo para 3 días y más tarde me he enterado que hay un visado especial llamado 'safari visa', o algo así. El hombre de la oficina de inmigración nepalí me ha dicho que no pasa nada si son 4 días en vez de 3, eso espero, por mi bien y por las 100 rps que le he tenido que dar en demanda de un extraño soborno que no he llegado a entender. Después sabría que mucho mejor si no te pasas de los 3 días por que a este hombre le gustan mucho las 'ayudas' voluntarias por sus buenos servicios.

El viaje del borde nepalí a Mahandranagar me ha costado 150rps, un poco caro.
FIN NOTA VIAJERO.

Llego a Mahandranagar y me encuentro con la desilusionante sensación de seguir en la estridente India. Ruido, ruido, ruido. Las criaturas métalicas que brotan de la estación de autobuses se mueven lentamente marcando continuamente su presencia con bocinas afinadas en alguna especie de feria de atracciones. De noche sólo quedan abiertos los bares de los que salen tambaleantes paisanos borrachos.

Sunday, November 26, 2006

Que lejos queda Nepal.

Son las 08:00am y espero mis huevos rotos y mis tostadas, ¡qué facil es ser un trotamundos viviendo como un marqués!. No viajaré a Nepal hoy, prefiero pasar la noche en Haridwar a los pies de la estación y coger otro autobús hacia el noreste mañana temprano, es la diferencia entre estar todo el día estresado y llegar a lo desconocido en mitad de la noche o pasar un día tranquilo, todo lo tranquilo que se puede estar en cualquier lugar en esta alocada India.

Son las 09:00am estoy en la estación de Rishikesh, el sol gopea los autobuses que se cruzan siguiendo rutas caóticas llenando el aire de polvo y arena. Una gran llamarada fluye de la cocina de uno de los puesto, alguien se sienta a mi lado y me pregunta de donde soy. Nadie sabe dónde está el autobú a Haridwar así que esperaré tranquilo a que algo ocurra, la gente ya sabe a donde voy y estoy seguro que se mueren por avisarme en cuanto lo vean.

El moto-rickshaw que me trajo aquí me quería cobrar 50rps cuando sabía perfectamente que el viaje era tan sólo de 10rps.

He notado que encuanto me pongo la gorra llamo más la atención como guiry, seguramente mis estridentes entradas les intimiden.

El conductor salta del autobús y grita en todas las direcciones el nombre de mi destino, consigo sentarme delante del todo.

NOTA PARA EL VIAJERO:
Si quieres vivir una inquietante experiencia procura sentarte en el asiento de alante del todo, si el asiento ya está ocupado y no tienes prisa, puedes esperar al siguiente autobús que sale cada 30 minutos.
FIN NOTA PARA EL VIAJERO.

El autobús se detiene en un paso a nivel, delante nuestro una docena de personas viajan en un carro encima de chatarra inservible: una bici quemada, troncos podridos, ladrillos usados, cuerdas grasientas, tablas agrietadas... aquí la gente no tiene nada y todo vale. Se cubren sus cuerpos y cabeza con una manta vieja, pasan frío, fuman, conversan y ríen, viven en la miseria pero siguen vivos en el mas completo sentido de la palabra, viven y saltan con energía, trabajan con obstinación (he visto gente picando piedras a los costados de la carretera a la luz de un candil). La bocina del tren vomita su rugido interminable como un gran barco con ruedas que nos advierte que más vale nada se interponga en su camino.

Son las 11:00am estoy en uno de los más confortables habitaciones de hotel en las que haya estado: bastante grande, el baño, espacioso, tiene una encimera aunque no agua caliente. Abro la ventana y una humareda de polvo se lanza a mis ojos, las vistas dan a un pequeño barrio de casas bajas de techos de uralita, la gente transita tranquila por sus callejuelas y un hombre de pie al sol de su patio permanece cabizbajo y pensativo. La vida ruge como una fiera a 50 metros a mi derecha donde se encuentra la calle principal.

Son las 15:00 horas, descanso tranquilo a orillas del Ganges intentando digerir el especiado thali que he comido junto a una familia hindú. He aprendido ha hacerlo con las manos y no es tan dificil ni pringoso, el truco es ayudarte continuamente con trozo de chapata y, sobretodo, lavarte bien las manos antes y después de comer. Olvídate de pedir servilletas en estos restaurantes.

Me dirijo hacia Har-ki-pain donde se supone que se celebra la ceremonia del fuego al igual que en Benarés pero en pequeño. Dos jóvenes empujan un bici-rickshaw cuesta arriba con un enorme y gordo hombre montado. Hombres y mujeres barren los costado de la carretera alejando la porquería de sus puestos y dejándola en medio de la misma. Un hombre con pantalones remangados recoge montones de basura descompuesta en capachos y los vuelca sobre una especie de container. Los puestos de limonadas, shamosas, arroz inflado, fruta fresca, chai, se anuncian orgullosos y coloridos como flores de jardín. Uno hombre con una simple tela tapando sus partes arrastra un palo y fuma presuroso. Las hermossa mujeres antepasadas de nuestros gitanos, se visten con telas sedosas dejando que se muestre parte de su oscura piel, sus rasgos son occidentales, irradian calor y salvajismo, sus ojos son brilantes pozos de marfil, son unas mujeres realmente atractivas.

La gente se cubre con jerseis y bufandas mientras a mí me sobra hasta la pulsera, si piensan que esto es invierno no me gustaría saber lo que es el verano.

Las bombonas de butano se transportan en bicicleta. Una mujer barre totalmente de la carretera lo que los demás han dejado. Detrás mío suena atronadora lo que debe de ser los Prodygi de aquí. Dos ancianas cubiertas con desgastadas telas se sientan al estilo indio y tosen a la carretrea viendo al vida pasar. Telas de diferentes colores pastel atadas a palos ondean inquietas a modo de banderas. Una perra marrón baja la cuesta a saltitos agitando indiscreta sus abultado pechos y se detiene en mitad de la carretera para abonarla.

Son las 22:00 horas, de nuevo en el hotel, espero a que me traigan una jarra de agua caliente para ducharme como un señorito, al final el rito del fuego de Haridwar fué un poco una decepción, no quemaban sus muertos como yo pensaba, en cambio, sembraban el río con barquitas hechas con hojas y llenas de flores y velas encendiada, el ritual no dejaba de tener su encanto.

Saturday, November 25, 2006

Me encanta India.

La hospitalidad de su gente, las sonrisas fáciles, su manera de saludar, sus puestos, los rickshaws, sus precios, el silencio de la noche, sus miradas, los ojos de los niños, sus contrastes.

Ya no me irritan los continuos gritos de las bocinas, ni las continuas negociaciones, ni las difusas explicaciones que acostumbran a hacer con esaos movimientos de cabeza que es a la vez un sí y un no, ni siquiera la nata de los cafés y tes.

Son las 01:00am, mañana salgo temprano hacia Nepal, quería cruzarlo entero en bus hasta su capital pero no encuentro vuelos desde allí que me lleven a mi próximo destino a tiempo así que me conformaré con cruzar la línea y quedarme un par de días en el primer pueblo que encuentre.

Hoy he pasado todo el día com mi amadísimas chicas, la pequeña pricesa jovial y vergonzosa, la reina de intensa mirada azul, silenciosa y apacible y la brava comandante de expresión dura y misteriosa con afliado aguijón. Todo el día empapados de las aguas del río sagrado haciendo rafting por sus imprevisibles aguas y saltando desde rocas a más de 5m de altura. A la noche hemos bebido te y jugado a juegos embarazosos, me han hecho sentir super querido con sus "don't go Fernando, don't leave us¡" y nos hemos despedido con un 'hasta mañana' sabiendo que lo más probable es que no nos veamos nunca más.

Friday, November 24, 2006

Me quedan 5 días de guiri.

¿Qué puedo hacer con ellos?, soy tan malo haciendo turismo, tan sedentario, enseguida me encuentro agusto en un lugar y no no quiero moverme, como me pasó en Delhi, como ahora me pasa aquí en Rishikesh.

Se me ocurren varias cosas en las que puedo garat estos 5 días:

* Quedarme aquí y tomar el sol en la playa, hacer trekkings y raftings y cosas de esas que hacen por aquí.
* Buscar las montañas dirigiéndome hacia el norte.
* Atravesar Nepal hasta Kathmandú.
* Ir a Benarés a hacer más turismo de hotel.
* Alquilar una moto y visitar pueblitos.

Pero ninguna opción me gusta unas por que me aburriría y otras por que me gustaría tomármelas más tranquilo y no hacerlas en sólo 5 días.

Son las 15:00 horas, espero mi té en el mismo garito mugriento al lado de la carretera en el que estuve ayer. Todo el mundo me pide que me siente, que no haga nada, la servicialidad de siempre que seguro echaré de menos en mis camareros de Madrid. Cada vez estoy más animado a cruzarme Nepal en bus, según leo en los libros los viajes en autobús en Nepal son horribles y desesperantes, el autobús se llena hasta los topes y para en cada pueblo. Será una aventura para poner en práctica la nueva paciencia que estoy intentando educar. Las chicas israelíes me recuerdan que tenemos yoga a la tarde.

Son las 00:00 horas, estoy en mi habitación, he estado toda la tarde com mis chicas preferidas y es que cada vez me parecen más encantadoras, son alegres y entusiastas, mañana me voy con ellas ha saltar rápidos en el Ganges.

No consigo encontrar solución a mi estancia en Bangalore, el chico hindú con el que estaba intentando hacer un trato resulta que se va a nosedonde y me deja tirado, los hoteles no son tan baratos como me había parecido al principio y no tengo tiempo ni psobilidad de encontrar algo pues internet aquí es un desastre. Ya me da todo igual, voy a buscarme un vuelo a esa ciudad y me plantaré allí con mi mochila, estoy seguro de que al final todo saldrá mejor de lo que me pueda imaginar.

Thursday, November 23, 2006

Adiós a todo.

Son las 01:00pm, Wolf me saluda desde una mesa enfrente a la mía, he estado en internet intentando cerrar el trato con Vasu pero la luz se fué, pasa todos los días y se toma unas cuantas horas de descanso. A nadie parece importarle, todos los negocios siguen abiertos aunque tengan que cocinar con velas o mostrar el género con linternas, todos excepto los cibercafés donde todo el mundo parece estar intentando salvar sus vidas en el último minuto mientras el pitido del SAI nos advierte del fín del tiempo.

Adios a las montañas, adios a Nepal, a Daramshala, a los días de trekking... fuí un estúpido al pensar que podría hacer todas esas cosas y a la vez compaginarlas con mi trabajo.

Son las 17:00 horas de la tarde, el sol se sostiene débil sobre el Ram Jhula Bridge y prende fuego al Ganges, estoy tiritando en calzoncillos recuperando la temperatura coporal, El Ganges fluye silencioso, traidor y frío. He pasado la tarde en la playa con Wolf, un apuesto cuarentón alemán, ahora se va a su ashram, mañana hemos quedado otra vez en la playa, me gustaría pedirle que me enseñara algún ejercicio de iniciación de yoga.

Son las 18:30 horas, he estado tomando té con un grupo de paisanos cubiertos con desgastadas mantas naranjas. No entendían nada de inglés, pero las miradas y las sonrisas han bastado para compartir el momento. Acabo de pedir un thali para cenar en un pequeño restaurante con vistas al Ganges. Empiezo a sentirme relajado ahora que he tomado una decisión rotunda sobre mi futuro aquí, espero haber acertado y que consiga al fín hallar un lugar donde poder crear mi pequeña oficina. Conversar con Wolf también me ha ayudado bastante, es tan importante poder hablar con alguien con el que sientes que sus palabras son sinceras, aquí hay mucha gente amigable y todos quieres hablar contigo, pero los sienteo distantes y sobre-actuados, a Wolf sinembargo lo siento real y apacible.

Son las 22:00 horas, la noche me ha agarrado a 2km de mi hotel, estaba en un ciber del pueblo con una conexión decente, intentando llegar a un acuerdo con Vasu (de nuevo). La oscuridad en esta parte del Ganges es total en algunas calles, apenas se distinguen figuras acomodadas entre mantas durmiendo al lado de sus puestos. Los perros se ladran de un lado al otro del río. El agua parece detenida, el aire es frío. Debo recorrer el camino cuesta arriba hasta mi hotel andadno, no encontraré ningún rickshaw a estas horas. En la carretera estás ciego, ninguna farola te acompaña, por eso los sonidos se hacen palpables y los monos se confabulan y avalanzan sobre tí en tu imaginación, sólo alguna motocicleta solitaría te muestra tu alrededor por algunos segundos.

Mañana sabré si Vasu me deja quedarme en su casa o soy yo quién le manda a la mierda, he visto hoteles que me puedo permitir con acceso a internet en las habitaciones, también he visto más gente buscando compañeros de piso, así que si me sigue pidiendo mas fotitos y más detalles a propósito de mi religión y mas mierdas lo voy a soltar una buena rabieta.

Son las 01:30 am, esperaba acostarme pronto pero como me suele pasar nada sale como tenía planeado, mientras soplaba un sencillo te y escribía las anteriores notas en mi cuaderno las chicas israelís de ayer me invitan a sentarme en su mesa, más tarde se han apuntado un joven de San Francisco y el encargado del restaurante, las chicas israelía además de su evidente atractivo han resultado muy interesantes: una doctora, una abogado de compañías y una de las diseñadoras del pentium dual core que ahora duerme en las entrañas de mi portatil. El chico de San Francisco además de parecer una estrella del rock era escritor... bueno, en realidad... no lo somos todos? :). El encargado del restaurante, un joven hindú de rápido inglés, sabía hacer trucos de magia. El chico americano, como es costumbre en la gente que conozco en este viaje, partía mañana hacia tierras lejanas y las chicas me han invitado a una clase de iniciaciación al yoga, estaré encantado de asistir si los astros no vuelven a a virar mis planes.

Wednesday, November 22, 2006

Estoy intranquilo.

Hoy me he levantado intranquilo.

No puedo estar de guiri todo el tiempo, en unos pocos días debo empezar a trabajar y todavía no he encontrado un lugar donde alojarme y que me permita hacerlo cómodamente. La solución sería una habitación con internet. También se podría intentar la convinación: habitación + ciber, pero no me parece óptima, además aquí las conexiones de los ciber son desesperantes y las caídas de luz comunes.

Tampoco me encuentro cómodo en Rishikesh, esto es como nuestro Benidorm. Todo lleno de turistas, la mayoría del propio país, pero turistas al fín y al cabo. No me ha causado buena impresión y siento un pequeño rechazo, puede que se me pase o puede que no. Mi cabeza salta de una idea a otra rápidamente, tan pronto estoy pensando en marcharme al Nepal como volverme a Madrid.

Son las 19:00pm, el día ha fluido suabe y he conseguido alguna de las cosas que necesitaba, entre ellas, ropa de abrigo y sitios para conectar mi tatil aunque me queda comprobar la calidad de la conezión. También he preguntado, por curiosidad, cuanto me costaría alquilar una Emphile y me han ofrecido una por una semana por 2.200 rps (unos 40 euros). También he intentado hacerme con una SIM de prepago para el movil, después de cruzar una dura burocracia, incluso un viaje en moto para buscar un sitio donde hacerme una foto, resulta que mi movil no está liberado y no he podido comprarla.

Todavía estoy preocupado por como voy a poder trabajar desde aquí, es complicado. Posibilidades que tengo:
* Procurar dividir mi trabajo en bloques y hacerlo offline, minimizando mi necesidad de internet.
* Buscar en internet alguna oferta de alquiler de habita con conexión.
* Buscar hotel con sevicio de internet en la habitación.
* Hablar con mi contacto en Delhi gracias a Carmen para ver que me aconseja.

Mientras pensaba en estas cosas sentado en unas escaleras y mirando al infinito un guiri con pasos apresurados se ha dirigido a mí dicíendo: ?There is allways a solution", se refería a un problema suyo que acaba de arreglar pero para mí ha sido como una señal.

Son las 22:00pm, me he dado cuenta que no puedo seguir haciendo el guiri y a la vez intentar desempeñar mis obligaciones profesionales, debo volcarme por completo hacia un lado u otro y como mi obligación principal es mi trabajo he tomado una decisión: voy a coger un vuelo a Bangalore, la Sillon Valley de India, y buscar una habitación con conexión en un piso compartido. Mi primera aproximación en esta búsqueda me ha llevado a contactar con Vasu, un chico de 26 años que busca programador para compartir su piso en Bangalore. Su oferta es increible: 1.500rps/mes por una habitación con baño privado y con conexión a internet, en un edificio de lujo con gimnasio y no se qué cosas más. Con un poco de suerte esterá volando para Bangalore en unos días al encuentro de mi añorada conexión privada a internet.

Son las 00:30am, he cenado con dos chicas israelis y una pareja de americanos maduritos, después de unas risas y unos juegos de magia nos hemos despedido seguramente para siempre.

Tuesday, November 21, 2006

Camino hacia el norte.

Son las 07:00am, estoy en un rudimentario pero confortable tren camino a Haridwar desde donde cogeré un autobús hacía uno de mis destinos de larga estancia: Rishikesh.

El tren cruza por escenarios inaccesibles para mí de otra manera. Kilómetros de chabolas, barrios de estrechas casas de tres alturas, ríos negros con superficie sólida, templos en ruinas, figuras gigantes de Visnu y Shiva, enormes fábricas dormidas cubiertas de venas metálicas y altas chimeneas. En los descampados la gente que ha madrugado hace sus necesidades a la vista de todos nosotros, es como si fuera una exposición de estas colecionables figuritas de belén. Interminable vertederos sirven de comedero a los bueyes.

El tren es antiguo y desgastado, sin embargo los asientos son cómodos y espaciosos y el servicio no tiene nada que envidiar a nuestros talgos, por lo pronto ya nos han traido galletas y un té que nos lo sirven con la taza por un lado y un termo personal con el agua caliente.

Atravesamos muchos barrios de casas bajas en mal estado pero cuyos dueños caprichosos pintan de vivos colores y adornan con cariño.

El revisor tiene la frente pintada de naranja, un punto rojo y blanco entre las cejas y una gran barba recogida en un moño.

Veo vacas, Bueyes, gente desnuda, templos improvisados, tirras de cultivo en pequeñas parcelas, tiendas de campaña, casa de barro, casa gigantes, fábricas humeantes, vegetación exuverante, torres de telefonía movil, gente pintada con marcas tribales trabajando en su portatil, chabolas decoradas mientras su dueño limpia su 4x4 en frente, policías con palos, depósitos de agua en las azoteas, generadores, ciber cafés, mercados sujetos con palos, barberos con el espejo colgado de un árbol, la última de James Bond en el cine, taxis a pedales, graffitis...

Es como sí la máquina del tiempo se hubiera vuelto loca y me hubiera traído a la Edad Media pero un fallo haya permitido que parte del futuro se viniera conmigo, formándose este entrelazado de costumbre prehistóricas y los más avanzados regalos de la tecnología. Unos bueyes tiran del arado mientras a mí me preguntan si prefiero en menú vegetariano o no.

Son las 13:00pm, el trasbordo en Haridwar ha sido ágil y rápido, me he sabido deshacer con amabilidad de los taxistas y auto-rickshaws. La estación de buses es un poco desconcertante y ningún cartel sale en tu ayuda, he descubierto que los mejores informadores son los adolescentes, no los que te abordan con valentía, sino los que se quedan distantes, mirándote con timidez.

El viaje en autobús desde Haridwar a Rishikesh es la experiencia más excitante que he tenido en India. Sería fácil de describir si tuviera una cámara de video. Mi camara de fotos hace pequeños videos pero se olvida del sonido y esto es esencial para sentir la escena en todo su ambiente. Las secuencias de adelantamiento son más o menos como sigue: Yo, autobús, con un peso mayor que la moyoría de los elementos que aletean por esta carretera voy por donde me dá la gana y todo el mundo se debe apartar, incluso los que vienen de frente. Por eso mi claxon vibra atronador y mi motro ruge amenazante.

Pero hay otra criatura que se disputa valiente el dominio del asfalto y que tiene un duelo muy empatado con nuestro autobús: el camión. Maquillado como un dragón chino se encara a menudo con nuestro autobús, las dos bestias rugen y fruncen levemente el ceño miestras se mantienen la mirada, al final siempre hay un último milímetro en el que se pueden apartar y despedirse pitando. Las pequeñas criaturas desde las bicis a los auto-rickshaws deben callar y apartarse.

Rishikesh es un infierno del mismo modo que lo era Delhi, los mismo puestos, el mismo caos, el ruido,... Estaba tan arto de los conductores de auto-rickshaws que estaba dispuesto ha hacer el camino a mi hotel andando montaña arriba, al final compartí uno con más guiris pero le dije que me dejara a mitad de camino. El hotel lo he buscado mi guía trotamundos, es el New Bha Switt Cottage, habitación House n.3. La entrada al bloque de habitaciones donde está la mía es esquisita, parece un hotel de 5 estrellas pero en miniatura, con ambiente señorial y decoración con muchos rincones con sillones. Un hall con varias alturas y un mullido jardín en la entrada que parece musgo. El hotel en general es silencioso y está rodeado de bosque, creo que voy a estar super agusto. Mi habitación cuesta 250 rps/día.

Esto está lleno de lo que Javier llamaría "feel the route", gente que se integra en el sitio que visita, se pone sus ropas, imita sus costumbres, ... lo que no se dan cuenta es que aquí en la India nadie lleva esa pinta de hippies.

He conocido a Poul, un chico de Sudafrica, gordo y pelirrojo. Mientras hablábamos se ha sentado en el suelo y nos ha mostrado su arte un encantador de serpientes.

Monday, November 20, 2006

La placita de la vida.

Hay una placita en las calles ocultas de Pahar Ganj com más color y risas que ningún otro punto del mundo que haya conocido.

Para encontrarla hay que meterse en una de las callejuelas que salen de Main Bazaar con dirección norte justo en la esquina del hotel Vivek. Atravesar los olores de un angar que hace de estercolero y continuar hasta que la calle quiere que gires a la derecha. Continuamos dejando atrás las barberías y la plaza se abre a nuestra izquierda.

Mientras tomo estas notas todos los niños están ahora a mi alrededor, no creo que pueda quitármelos de encima, va a ser imposible. ¿Qué soy para ellos?¿Una figura de juguete?¿Una gran estrella del cine?.. El más lanzado me pregunta insistente: "Contri, contri¡", pero no le pienso contestar, en vez de ello me levanto y bailo, esto les gusta, cualquier escusa es buena para reirse de mí, me vuelvo a sentar y ellos conmigo, me bacilan, se empujan unos a otros para caer encima mío, la situación es de una densidad insostenible pero nada me estresa, disfruto de sus burlas y atropellos, intento quitarles una raqueta para jugar con ellos al bagminton (juego muy popular entre los niños de estas calles) pero no me dejan. Finalmente me voy, no puedo quedarme, es imposible, nunca dejarán de atosigarme, me siguen con la mirada mientras me alejo y todos levantan su mano después de la mía.

Esta plaza es como un zumo de frutas concentrado, los colores se saturan, las casitas se amontonan orgullosas, es como si todo estuviera a escala y yo fuera demasiado grande para ella, quizás es por eso que casi todos sus criaturas son niños. Me gustaría quedarme un rato a observar en paz pero sé que no me dejarían.